Condenada una clínica a pagar más de 99.000 euros a una paciente por las secuelas de una operación de aumento de pecho
La Audiencia Provincial de Sevilla afirma que la clínica fue negligente porque no informó de los riesgos ni hubo seguimiento adecuado tras la intervención
La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a la mercantil de cirugía estética ''Depiler Sur S.L.'' a indemnizar con 99.716 euros a una mujer a quien tuvieron que retirar los implantes mamarios infectados tras realizarle una mamoplastia de aumento.
Esta sentencia eleva además los 23.393 euros de cantidad indeminizatoria de un anterior fallo a los 99.716 euros de ahora, estimando así íntegramente el recurso de apelación presentado por los servicios jurídicos de la asociación de El Defensor del Paciente, que han defendido a la afectada.
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El fallo, al que ha tenido acceso Europa Press, pone de relieve que "cuando se contrata una operación de cirugía estética que no obedece a una grave deformidad o provocada por un accidente, sino que únicamente pretende cambiar el aspecto del que contrata la operación para adecuarlo a un determinado arquetipo individual o social, es obvio que lo que se contrata es un resultado determinado y específico".
De esta forma la sentencia, contra la que no cabe recurso, pone de manifiesto que "la obligación de pagar la operación sólo se produce cuando no alcanza el resultado por una causa imputable al paciente o como consecuencia de un riesgo del que el mismo ha sido debidamente informado y ha sumido de forma clara y expresa".
No obstante, el fallo sostiene que, "en el caso de autos, el consentimiento informado fue sumamente deficiente", ya que, entre otros, "no abarcaba de forma clara el riesgo que finalmente determinó el fracaso de la operación, por lo que el riesgo no pudo ser asumido de forma expresa y determinante por la paciente".
Así, la sentencia de la Audiencia de Sevilla considera que la ''Clínica Mediláser'', propiedad de la mercantil condenada, "actuó negligentemente", siendo "muy deficiente" la información tanto de los riesgos de la intervención "como del hecho de no informar de la situación interna de la empresa, donde había dejado de trabajar el médico que la interviene".
Esto motivó que se tardara excesivo tiempo en retirar las prótesis de silicona. De hecho, la joven fue intervenida el 21 de abril de 2005, con 18 años de edad, y no le extrajeron las prótesis hasta el 13 de julio, pese a que "se le estaban literalmente saliendo, no existiendo una adecuada vigilancia en el proceso postoperatorio". La asociación El Defensor del Paciente ha aplaudido este fallo y ha dicho que lleva años "luchando por la reparación integral del daño".