Ángel Pérez, el poder de la oratoria
La palabra es el principal arma del candidato a la alcaldía de Madrid por IU.
Madrid es la pasión y la vida de Ángel Pérez. Nacido en la ciudad del oso y el madroño en 1954, casado y con dos hijos, cursó estudios de Oficial Industrial de Química hasta especializarse como bacteriólogo.
Antes que político Ángel Pérez fue conductor de metro, como reconoce con orgullo, dónde invirtió sus primeros años de juventud como empleado del suburbano. También lo hizo como militante de izquierdas. En 1972 se afilió a las Juventudes Comunistas y al sindicato Comisiones Obreras, llegando a ser secretario general en Madrid entre 1992 y 1998.
El territorio de Pérez es la tribuna. La política y la de la calle. Desdeña los gráficos y las alharacas. Se afilió a IU en su constitución, siendo uno de los máximos promotores de la unión de los comunistas madrileños. Fundó la primera Asociación de Vecinos de Retiro, conocida como "El Bosque", cuyo local fue incendiado por miembros de la extrema derecha y desde la que desempeñó el Cargo de Secretario General.
En enero de 1992 se integró en la Comisión Permanente del PCE y el 1 de marzo fue elegido secretario general del PC de Madrid, en sustitución de Juan José Azcona, hasta el 2000. Su elección como candidato a la Alcaldía en 2007 estuvo ensombrecida por la polémica por su choque de intereses con la entonces portavoz de la coalición, Inés Sabanés.
El 11 de diciembre de 2009 el Consejo Político Regional de IU-CM eligió a Ángel Pérez y a Gregorio Gordo como cabezas de lista a la Asamblea y el Ayuntamiento de Madrid. En el arranque de campaña consideró al Madrid actual como "una ciudad más desequilibrada y más contaminada, menos humana, más cara, más inaccesible y más independiente para moverse". Ha buscado confrontar "la ciudad de postales frente a la ciudad de los barrios", centrado sus propuestas de servicios sociales en la vivienda.
Pérez posee a su favor el amplio apoyo de los movimientos sociales y vecinales. También su poderosa facundia, la ironía y el buen uso de la confrontación dialéctica. Y en su contra, el arrinconamiento de la izquierda en Madrid tras PP y PSOE.
