Pinceladas de arte abstracto en el Guggenheim
"Abstracción pictórica", explora las diferentes corrientes artísticas de la pintura norteamericana y europea en las décadas de los 50 y 60 a través de obras de las colecciones permanentes de Nueva York, Venecia y Bilbao
Son ochenta obras, algunas de ellas nunca han sido expuestas en Bilbao. Pollock con su "pintura de acción" o piezas coloristas del movimiento CoBra, hasta opciones más científicas como la de Fontana o Yves Klein
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En respuesta al caos provocado por la II Guerra Mundial el arte pictórico optó por un lenguaje visual y expresionista. Surgieron infinidad de grupos cada uno con sus matices pero con puntos en común. "El contacto, los viajes entre ciudades", las tendencias cruzadas, caracterizaron los movimientos artísticos de los años 50 y 60 a uno y otro lado del Atlántico, según la comisaria de la exposición Tracey Bashkoff. Trabajan en grupos, que a su vez se descomponían en subgrupos. La muestra "refleja el diáologo y la interacción" de los artistas norteamericanos y europeos, según Juan Ignacio Vidarte, y es un "exponente muy fiel de la riqueza de las exposiciones Guggeheim y el contexto que brindan".
En Francia, durante los primeros años, dominó el Art Brut, con Jean Dubuffet como exponente. En Copenhague, Bruselas y Ámsterdam nació en CoBra, apenas duró tres años, y se inclinó por superficies muy densas que se acercaban a la ingenuidad de las pinturas de niños. En París surgió el Arte Informal, acuñado en 1952, y fue el paraguas que abarcó el resto de corrientes abstractas. Se situó frente al arte oficial. Abogó por la libertad, sus precursores aplicaban la pintura desde el tubo o se atrevieron con materiales poco convencionales. Fue el caso del español Antoni Tàpies que experimentó con la arena. Las aproximaciones científicas llegaron de la mano de Fontana, Yves Klein o Piero Manzoni. Apelaban a los sentidos del espectador con materiales como el metacrilato, el acero flexible, y rompieron la perspectiva plana con obras como los "lienzos rajados" de Fontana. La muestra trae a Bilbao una de las primeras obras adquiridas por la pinacoteca de la Gran Manzana a un artista asiático, "un planteamiento valiente", según la propia comisaria, ya que marcó un cambio de tendencia con respecto al resto de galerías. La exposición completa la oferta del Museo Guggenheim para el verano y se podrá visitar hasta el próximo 8 de enero.
Juan Ignacio Vidarte: "Refleja el diálogo y la interacción entre artistas en Europa y América"
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