Interior mantendrá el pulso con los indignados
La Puerta del Sol seguirá blindada por la policía. La Delegación del Gobierno en Madrid teme que la protesta de los indignados enturbie la visita del Papa
Las protestas de los indignados están empezando a convertirse en un "monstruo" para las instituciones madrileñas, dificil de controlar e imprevisible en sus movimientos. De ahí que tanto la Delegación del Gobierno, como el Ayuntamiento de Madrid, se hayan cerrado en banda y se nieguen a dar explicaciones públicas sobre las actuaciones policiales tras un desalojo, el del pasado martes, que fue acordado conjuntamente entre las dos instituciones.
Según fuentes del Ministerio del Interior, se va mantener el pulso con los indignados. El "modus operandi" de la policía va a seguir siendo el mismo en las próximas horas. Van a seguir blindadas las plazas, susceptibles de ser ocupadas por el movimiento, y la Puerta de Sol va a continuar bajo control de las fuerzas de seguridad.
Tanto en Interior como en la Delegación de Gobierno hay mucha preocupación porque la protesta se alargue hasta la tercera semana de Agosto, en plena visita del Papa, y los indignados trasladen sus reivindicaciones a cualquiera de los actos que se están organizando. Fuentes de la Delegación insisten en que el desalojo del martes se hizo, primero, para evitar males mayores, y segundo, porque hay que preparar ya el dispositivo policial de la visita de su Santidad. No se esperaban, en pleno verano, que la reacción de los indignados iba a tener tanto poder de convocatoria.
El Ayuntamiento de Madrid desde el primer momento pidió el desalojo de los acampados de Sol, y vió con malos ojos que Delegación permitiera mantener al movimiento un puesto de información en pleno centro de Madrid. La decisión de actuar el martes fue aplaudida por el Consistorio, aunque públicamente no quiera aparecer en el escaparate mediático con la explicación de que "aquí hay un problema de orden público y el Ayuntamiento no tiene nada que decir. Es competencia de Delegación del Gobierno". El Ayuntamiento quiere alejarse de estas actuaciones, aunque, como señalan en Delegación de Gobierno, las intervenciones policiales se han pactado entre el propio alcalde de Madrid y el ministro del Interior.
