La factura sin pagar de los bocadillos del Papa

Carlos ofreció en su bar del barrio de Hortaleza 437 bocadillos y sus correspondientes refrescos a los peregrinos que vinieron a Madrid en agosto para participar en la Jornada Mundial de la Juventud.Desde hace ya casi mes y medio, y tras haber enviado la documentación requerida en el contrato que firmó en julio con una asociación de hosteleros, aún no ha cobrado la cuenta.

Son cheques por valor de 6 euros, de los que le van a ser descontados 21 céntimos que se los quedará esa asociación de empresas de hostelería que coordinó la operación. En total, se le deben 2.840,50 euros.

En un principio, Carlos no quería dar este servicio porque pensaba que era un negocio ruinoso, aunque ante la insistencia de un comercial, firmó el contrato con Fehrcarem, una agrupación que agrupa a grandes empressas de restauración y que ganó el concurso para gestionar los menús de los preregrinos. Según la propia página web de esta asociación, fue la Conferencia Episcopal quien confió en ella para dar de comer a los peregrinos.

Ahora, Carlos denuncia que en las oficinas de Fehrcarem le dan largas y no se comprometen a saldar de inmediato la deuda que le ahoga y que pone en peligro su negocio.

Fehrcarem, asegura que tan sólo no han pagado a 2 de cada 10 establecimentos porque, según esa asociación, esos establecimientos no han cumplido de manera adecuada con los trámites obligatorios como lo son el dar el número correcto de la cuenta del banco o el emitir una factura en condiciones. Insiste también que todos los bares acabarán cobrando sus menús.

Fehrcarem ha firmado 1.800 contratos que engloban a 2.514 bares y restaurantes madrileños. El valor total del concurso que ganó para gestionar la restauración de la JMJ alcanza los 15 millones de euros, de los que la asociación se quedará con un 3'52% en concepto de gestión. De esa cantidad, inferior al medio millón de euros, el 20% será entregado a la Iglesia Católica como donativo.