El Supremo revisa la condena al grupo neonazi 'Hammerskin'
Fue el primer grupo neonazi condenado en España por "asociación ilícita" y declarado ilegal por "promover el odio y la violencia"
Los cabezas rapadas estaban acusados de organizar conciertos, distribuir fanzines y realizar actos en los que se exaltaba y promovía el racismo. En el juicio, que empezó a finales del junio, estuvo como testigo Antonio Salas, autor de Diario de un skin, quien convivió personalmente con los miembros de Hammerskin, al hacerse pasar por uno de ellos.
La Audiencia Provincial de Madrid dictó una pionera sentencia el pasado 24 de julio de 2009 en la que por primera vez condenó a un grupo neonazi por asociación ilícita. Además, castigó a sus integrantes por tenencia ilícita de armas.
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En concreto, la Sección Séptima impuso dos años y seis meses de cárcel por asociación ilícita al jefe de los Hammerskin-España, José Eduardo C.H., alias ''Chape'', e impuso al resto un año y medio por este mismo delito. A otro de los acusados, Ángel M.N., le sumó un año de prisión por tenencia ilícita de armas. A todos les impuso el pago de una multa de 2.700 euros.
Asimismo, la Sala acordó la disolución del grupo Hammerskin-España y, en consecuencia, el cese de todas sus actividades. Esta organización tenía como finalidad la difusión de la ideología y doctrina nacional socialista. Durante el juicio, se reveló que querían implantar el IV Reich en España.
En su resolución, el tribunal ha entendido que está suficientemente acreditada la existencia de la organización Hammerskin-España, compuesta por una pluralidad de personas, entre los que se encuentran los acusados, que están estructurados, organizados y jerarquizados con carácter permanente desde el año 2000.Los jueces en su sentencia añadían que su ideología se basaba en promover la discriminación, el odio o la violencia contra personas, grupos o asociaciones por razón de su ideología, religión o creencias, la pertenencia de sus miembros o de alguno de ellos a una etnia, raza o nación.
Los cabezas rapadas estaban acusados de organizar conciertos, distribuir fanzines y realizar actos en los que se exaltaba y promovía el racismo. En el juicio, que empezó a finales del junio, estuvo como testigo Antonio Salas, autor de Diario de un skin, quien convivió personalmente con los miembros de Hammerskin, al hacerse pasar por uno de ellos.