El peatón herido por la bala de un policía está ciego de un ojo y ha perdido el olfato

También ha subrayado que desde entonces la vida le ha cambiado por completo, ya que ha perdido muchos clientes de la empresa de aluminio de la que es propietario en Córdoba

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Antonio Castro, empresario cordobés, que el día 5 de mayo de 2010, estaba visitando la capital en compañía de su familia es la victima principal de aquello hechos. Una bala, casi seguro el tercer proyectil percutido desde la pistola del agente municipal que evitaba la agresión de un joven esquizofrénico, le ha hecho perder la visión de su ojo izquierdo, la comida ha dejado de tener sabor y no logra captar los olores del ambiente.

Ha asegurado este martes en el juicio que vio como la bala iba directa a su ojo, entrando en la cabeza sin la fuerza para atravesarle el cráneo. Si la velocidad del proyectil hubiera sido superior ahora estaría muerto

Por si fuera poco ya no puede conducir porque su visión perimetral ha desaparecido. También ha subrayado que desde entonces la vida le ha cambiado por completo, puesto que ha perdido muchos clientes de la empresa de aluminio de la que es propietario. "Mi vida normal era recorrer cada día 600 kilómetros para ver a mis empleados y comprobar cómo iban las obras. Ahora, ya no puedo hacer nada de eso".

De igual forma tampoco puede ponerse delante de una pantalla de ordenador para diseñar proyectos ante las fuertes neuralgias que sufre. La víctima solicita alrededor de 150.000 euros de indemnización al Ayuntamiento de Madrid.