Protesta en la narcosala de Las Barranquillas
Trabajadores y drogodependientes rechazan el cierre previsto para el 31 de diciembre
Por eso este jueves por la mañana han unido fuerzas para luchar juntos porque la narcosala continúe dando una ayuda, dicen, necesaria. "Nos dejan sin nada, en la calle y los que se drogan lo harán como en los años 80 en los portales, en los parques. Nos escondieron aquí porque no nos querían ver y ahora qué pasa que nos quieren volver a ver", se pregunta uno de los hombres que acude a este centro porque de sus 44 años, 18, los ha pasado con problemas de drogadicción.
Por la narcosala, explican quienes trabajan allí, pasan una media de 100 personas al día. Lo hacen para tener un control sobre su adicción, para dormir, para lavarse, para comer, en resumen, para buscar ayuda y otra oportunidad.
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Los trabajadores que les cuidan recuerdan que la Comunidad de Madrid fue pionera en el apoyo a los drogodependientes pero que ahora se están cerrando pisos, centros y eso también tiene consecuencias en el empleo de esos mismo trabajadores. "Hay un ERE en camino que implica la extinción del contrato de los 42 trabajadores que están en la narcosala, en total se van a destruir en torno a 200-250 puestos de trabajo en la red de tratamiento en drogodependencia de Madrid", señala uno de estos empleados.
Con ellos ha estado también la concejal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Madrid, Milagros Hernández, que ha recordado esos diez años de la narcosala. "Esta narcosala ha cumplido durante muchos años un servicio a los toxicómanos de mayor vulnerabilidad. Tenían un sitio donde estar, donde dormir, donde ser tratados adecuadamente como personas y poder recuperarse a otro nivel. Y lo que están haciendo cerrándola es realmente dejar a mucha gente en situación de grave riesgo, de gran deterioro y además poner en riesgo no sólo su vida sino la vida de las demás personas también".
Desde la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid se ha fijado el 31 de diciembre como fecha para la desaparición de la narcosala, que lleva 10 años funcionando. Su directora gerente, Almudena Pérez, asegura que existen otros recursos "en este momento existen recursos móviles en los que se presta asistencia sanitaria, asistencia de detección de enfermedades infecciosas, se da medicación, se da metadona".
Pero esa explicación no convence ni a trabajadores ni a drogodependientes que dicen que esta narcosala es, en muchos casos, el primer punto de contacto con la "normalidad" para los toxicómanos. Y que, sobre todo, es el sitio en el que encuentran ayuda los más vulnerables, los que no tienen trabajo, ni familia e, incluso, padecen alguna enfermedad.
Para terminar la protesta Javier, de 41 años y ya rehabilitado, termina cantando una canción a la que se suman las en torno a sesenta personas que han acudido a la protesta: "Dinero por aquí, dinero por allá, la droga p'alante y los recursos p'atrás". Javier sentencia: "me salvaron la vida en centros como éste".
Elena Jiménez
Soy periodista desde hace algo más de un par de décadas. Especializada en temas sociales y educativos....