Derrota en Anoeta, objetivo 45 puntos
Kanouté salió al campo cuando el equipo estaba dos goles abajo
La imágen del Sevilla vuelve a ser muy preocupante en Anoeta y queda a tres puntos de los puestos de descenso. La llegada de Michel no mejoran al equipo que acumula ya ocho jornadas sin ganar
La espiral de derrotas en la que entró el Sevilla hace más de dos meses amenazan con llevarse por delante al club entero si no se endereza el rumbo. La Real Sociedad, como otros tantos, ganó al equipo de Michel sin hacer nada fuera de lo común y las sensaciones que transmite el otrora casi imbatible equipo de Nervión son muy negativas.
El inicio de partido fue la viva muestra de lo que son los futbolistas profesionales: ventajistas. Donde hace una semana había displicencia y falta de atención acumulada durante muchas jornadas apareció el orden y las ganas de agradar. Como al Sevilla no le sobra de nada es imposible verlo arrollar a un rival y estar bien puesto en un terreno de juego es a veces solo una cuestión estética. Ayer fue así porque salvo acciones aisladas los donostiarras no tuvieron problemas para controlar el juego, si a eso se le puede llamar así, que realizaron los sevillistas. El nivel del equipo actualmente da para que el larguero en una ocasión y Palop milagrosamente en otra eviten que se vaya al descanso superado claramente por el rival. En el otro lado de la balanza un remate de Negredo, flojísimo su nivel una semana más, y alguna llegada peligrosa. El origen del problema sigue siendo el mismo; no hay fútbol. Los centrocampistas son inoperantes y el plan es que Reyes, al más puro estilo de quarterback americano, busque sin moverse demasiado el pase perfecto. Otra primera parte para aumentar las duda.
La aportación en los inicios de la segunda parte fue la intención de tener más tiempo el manejo de balón y al menos provocó un mayor número de llegadas y un juego más dinámico. No fue suficiente porque ha desaparecido la histórica pegada sevillista. La Real Sociedad, muy limitada pero superior, solo tuvo que aprovechar las facilidades defensivas que concede el Sevilla para adelantarse en el marcador y abrir una brecha insuperable para un equipo sin actitud y capacidad. Vela firmó el primer tanto y sin tiempo para poner en el campo a Kanouté llegó el segundo tras un zapatazo de Pardo. De ahí hasta el final una verguenza, otra más en esta temporada que debería acabar ya para que los aficionados sevillistas no tengan que tentarse la ropa mucho tiempo.
La bala de los refuerzos de invierno ya está gastada, no muy bien de nuevo, y la del entrenador también. Qué se hace ahora para voltear esto ?




