Expertos aconsejan paralizar la ampliación de Zabalgarbi
Tras revisar el Plan de Gestión de Residuos Urbanos, en vigor hasta 2016, la empresa Cimas ha concluído que "a corto plazo no es defendible la construcción de la segunda línea de la incineradora"
La crisis es una de las razones que esgrimen los expertos. La generación de residuos urbanos ha sufrido un bajonazo progresivo desde el inicio de la crisis y prevén que en 2016 nos situaremos en índices de 2010
Una vez más la crisis es la culpable. En esta ocasión son los expertos, tras elaborar un extenso informe sobre la evolución de los residuos generados en Bizkaia, quienes lo dicen. La empresa Cimas a petición del ejecutivo foral ha revisado por segunda vez el Plan de Gestión de Residuos Urbanos 2005- 2016. En él los gráficos muestran cómo 2007 se produjo un "punto de inflexión", desde entonces la curva mantiene una tendencia descendente. En todo 2011 cada bizkaino generó 511 kilos de basura, en 2007 el índice estaba en los 600 kilos. Según reconocía Cristina Gil, encargada de exponer el estudio en la sede de las Juntas Generales, las previsiones "han estado muy alejadas".
La crisis ha trastocado todos los planes y a partir de ahora obliga a revisar el mapa de infraestructuras. En ese sentido, los expertos no ven "defendible" la ampliación de Zabalgarbi, aunque sí incluye la puesta en marcha de la planta de Tratamiento Mecánico Biológico de Arraiz. "No necesitamos construir nuevas infraestructuras de gestión", aseguran, "porque no habrá residuos para poder abordar". La revisión muestra que ni las previsiones más agoreras se cumplieron. En 2016 se esperaba generar, en el peor de los casos, 1.000 toneladas, tras actualizar los datos se estima que serán 791 mil. Los grupos tienen ahora todo el año para tomar la decisión en firme. El diputado Madariaga ha llamado a "mantener el acuerdo existente hasta ahora" y a trabajar de manera conjunta.
Los expertos, por otro lado, proponene a la Diputación que se plantee la posibilidad de constituir el Consorcio de Residuos de Bizkaia, con el fin de coordinar las políticas de gestión de residuos. En este ente público estarían representados el propio ejecutivo foral, los ayuntamientos y las mancomunidades.
