El cabildo del Museo rechaza llevar al Cristo al IAPH
El crucificado de Marcos Cabrera iba a ser sometido a un profundo estudio de su estructura y su policromía
El Cristo de la Expiración en su capilla del Museo.(RADIO SEVILLA)
En el cabildo de salida celebrado este martes, 6 de marzo, en la Hermandad del Museo, en el punto 5 del orden del día se solicitaba autorización a los hermanos para el traslado del Cristo de la Expiración al IAPH tras la próxima Semana Santa. Los hermanos, con 52 votos a favor, 4 en blanco y 40 en contra, rechazaron la propuesta de la junta de gobierno para efectuar dicho traslado al ser necesario, según establecen las reglas de la corporación del Lunes Santo, el voto favorable de 2/3 de los asistentes.
Los técnicos del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) han recomendado a la Hermandad del Museo trasladar al Cristo de la Expiración a sus talleres de la Isla de la Cartuja para realizar una inspección en profundidad que dictamine el estado estructural y de policromía de la talla de cara a una futura restauración. El traslado se iba a realizar en los días inmediatamente posteriores a la próxima Semana Santa, pero el cabildo de hermanos celebrado este martes rechazó la propuesta de la junta de gobierno al hacer falta el voto favorable de 2/3 de los asistentes.
Obra de Marcos Cabrera
El Santísimo Cristo de la Expiración es una talla de estilo manierista realizada en pasta de madera. Su autor es Marcos de Cabrera, quien la ejecutó en el año 1575, siéndole encargada el día 7 de diciembre y concertada su entrega para el día de Navidad de aquel mismo mes. Entre las muchas leyendas que hay sobre la hechura del crucificado, que mide un metro y setenta y nueve centímetros, resalta la que dice que los moldes fueron arrojados al Guadalquivir para impedir que la imagen pudiera ser duplicada. Cabrera pudo inspirarse en unos bocetos del gran Miguel Ángel, siguiendo la línea serpentinatta.
En 1895, Gutiérrez-Reyes Cano le realiza el actual sudario de telas encoladas, que sustituye a la primitiva faldilla de tejido, y le añade la corona de espinas. Peláez del Espino restauró en 1978 su estructura con elementos metálicos entre otros materiales. Y en 1991, los hermanos Cruz Solís retocaron la policromía que se encontraba muy ennegrecida. La cruz actual, obra de Francisco Berlanga en 1993, es arbórea, aunque posiblemente en sus orígenes el crucificado la llevara plana.
