"Me piden la identificación y me dicen tonto que no sirves para nada"
Cinco organizaciones piden, en el Día Mundial contra el racismo, a la policía que acaben con los controles de identidad basados en perfiles raciales

(AMNISTÍA INTERNACIONAL)

Madrid
Mohamed es de Malí, lleva viviendo 7 años en España y desde que llegó la policía le ha parado varias veces en la salida del metro, en la calle e incluso han ido a su casa. "Me piden la identificación, me preguntan si acabo de vender o comprar droga y me dicen tonto que no sirves para nada", asegura Mohamed.
"La policía puede parar a alguien que no parezca español varias veces en el mismo día sin que haya cometido un delito, incluso tienen un cuota de detenciones que cumplir", explica Virginia Álvarez, de Amnistía Internacional. Esta organización junto con Brigadas Vecinales de Observación de Derechos Humanos, Pueblos Unidos, SOS Racismo y Women's Link Worldwide se han reunido esta mañana, coincidiendo con el Día Mundial para la Eliminación de la Discriminación Racial, en la Plaza de Lavapiés para exigir a la policía que abandone esta práctica de seleccionar a personas para comprobar su identidad, basándose exclusivamente en rasgos étnicos o raciales.
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En 2010 hubo 7 millones de detenciones y muchas de ellas, asegura la portavoz de Pueblos Unidos Cristina Manzanedo, han sido por motivos de inmigración. "A muchos de ellos les trasladan a comisaría y a Centros de Internamiento de Extranjeros (CIES) por motivos de extranjería", declara Manzanedo. " Cuando vemos por la calle que un inmigrante es detenido lógicamente pensamos que algo habrá hecho y eso a medio plazo relaciona persona extranjera con delincuente, lo que dificulta su integración", añade la portavoz quien denuncia que estas práctica continúan a pesar de que Interior y la Policía prometieron que las detenciones fueran sensatas.
Desde Women's Link Worldwide recuerdan el caso de Rosalind Williams. "España fue condenada en 2009 por la ONU por discriminación racial a esta mujer negra de nacionalidad española a la que pidieron identificarse en un tren y a su marido español que iba con ella no", concluye una de sus abogadas.




