El pregón de la Fe, la Esperanza y la Caridad

Al filo de las tres de la tarde ha concluido el pregón de la Semana Santa de Sevilla que ha pronunciado en el teatro de la Maestranza Ignacio Pérez Franco. Una pieza clásica y profunda en torno a las virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad, pero que pasará a la historia por su duración, casi tres horas si contamos la interpretación de las marchas y el debut como presentador del acto del delegado de Fiestas Mayores, Gregorio Serrano.

Las tres virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad han constituido la línea argumental del pregón de la Semana Santa de Sevilla que ha pronunciado este domingo en el teatro de la Maestranza el cofrade Ignacio Pérez Franco, abogado de profesión y ex hermano mayor del Baratillo.

Una pieza que, eso sí, ha sido excesivamente larga, con casi dos horas y media de duración, lo que sumado a la interpretación de las marchas 'Caridad Coronada' y 'Amarguras', además de las palabras de presentación a cargo del delegado municipal de Fiestas Mayores, Gregorio Serrano, que debutaba en este acto, han hecho que el pregón concluya al filo de las tres de la tarde.

En todo ese tiempo, Pérez Franco ha ido desgranando un pregón lleno de pasajes poéticos dedicados a las grandes devociones de la Semana Santa hispalense -Gran Poder, Macarena, Esperanza de Triana, etc.- y eminentemente mariano con continuas referencias a las dolorosas de nuestras hermandades y cofradías.

También ha habido cabida para cuestiones de actualidad como el robo de las bambalinas de plata del antiguo palio de la Virgen de la Cabeza de las Siete Palabras o la estancia en Madrid el pasado verano con motivo de la JMJ de la Virgen de Regla, titular de la hermandad de Los Panaderos.

El pregón, en el que Ignacio Pérez Franco ha sido interrumpido hasta en veintiocho ocasiones por los aplausos de los cofrades que han llenado el teatro de la Maestranza, ha concluido con tres emotivas plegarias dedicadas a los titulares de su hermandad del Baratillo: la Virgen de la Caridad, la Virgen de la Piedad y el Cristo de la Misericordia.