Sociedad

"Imposible rentabilizar un cine pequeño"

Los cines de siempre se enfrentan a la digitalización, la piratería y la cuota de pantalla que, cada vez, se lo pone más difícil

Madrid

Las palomitas, el vestíbulo y la publicidad salvan a los cines pequeños del cierre

¿Cómo hacer rentable una sala pequeña de cine en centro ciudad? "A priori es imposible", responde tajante Primitivo Rodríguez, presidente de la Sociedad de Empresarios de Cine de España (SECIES). "Los cines solo pueden sobrevivir si tienen un bar con palomitas, un vestíbulo grande donde puedan promocionar películas y publicidad en las salas porque la exhibición en sí es deficitaria", asegura

Muchas son las cosas que han cambiado desde aquellos años 30 cuando el cine era el único ocio. "La oferta se multiplicado, cada vez hay menos público, la gente ha aumentado su poder adquisitivo, buscan otro entretenimiento, los jóvenes tienen más dinero y se convierten en los nuevos espectadores", explica Rodríguez haciendo memoria de los puntos clave de la transformación del séptimo arte. "La segunda crisis vino con la piratería que, con las 400 millones de descargas ilegales que se producen en España anualmente, provoca pérdidas de 2.500 millones de euros al año", continúa el presidente de SECIES. "Esto no solo hace mucho daño a las salas de cine, sino también a las productoras que han invertido en los productos y que difícilmente los rentabilizan", añade.

A esto se une el sistema digital que las distribuidoras imponen. Éstas se ahorran 250.000 dólares al año con este sistema porque suprimen el almacenaje, la reparación y la destrucción de los rollos de 35 milímetros y además son menos contaminantes, asegura Rodríguez. La cara B de esta 'panacea' es la de los cines, que tienen que pagar 100.000 euros por cada proyector. "Con el primero las distribuidoras les ayudan en un 75% pero tienen que exhibir, al menos, 14 películas americanas", declara Primitivo Rodríguez, quien dice que al no estar consolidado este sistema, tiene tres cambios a lo largo del año y ni con esto ni con el resto de proyectores ayudan las distribuidoras.

Otro aspecto que supone un "daño emergente" para los cines es la cuota de pantalla, pues están obligados a que el 25% de las películas que se exhiben al año sean europeas, excepto los locales de la Gran Vía. "Esto es una incautación a la capacidad de decisión del propietario del cine y es absolutamente inconstitucional", concluye Rodríguez.

 
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