Una Madrugá para enmarcar
La lluvia da una tregua en Sevilla, permitiendo que las 6 hermandades de la jornada realizaran estación de penitencia
Se marcharon las nubes que aguaron el Jueves Santo para dar paso a una Madrugá plentórica, en la que todas las hermandades salieron a la calle, en una noche fría y húmeda en Sevilla.
Había ganas de Madrugá en Sevilla. Se notaba en el ambiente, en el público y en las expectativas de los cofrades, dispuestos a disfrutar de estas horas mágicas, tras un Jueves Santo sin pasos en la calle. Mirando los partes metereológicos empezaron la Madrugá las hermandades, aunque las buenas noticias llegaron pronto desde la Macarena, donde se confirmaba que realizaban estación de penitencia unos minutos después de la medianoche. A partir de ahí, la explosión de júbilo en el barrio de San Gil, con el Señor de la Sentencia y la Virgen de la Esperanza. Signo inequívoco de que todo transcurría de acuerdo a lo establecido, se cumplían uno tras otro los ritos de la Madrugá, con la puntual salida de la hermandad del Silencio desde la Iglesia de San Antonio Abad, que incluso adelantaba un par de minutos su petición de venia en la Campana. Puntual también el Gran Poder, desde su Basílica, siempre impresiona ver llegar al nazareno de Juan de Mesa, con su imponente zancada, este año con su recién restaurado paso a cargo del IAPH. Este año nos ha dejado un momeno muy especial la Macarena a su llegada a la Campana, con una impresionante petalada y una magnífica saeta de Argentina desde los balcones de Banesto, que pudimos escuchar en directo en la sintonía de la SER y Radio Sevilla en la retransmisión de esta Madrugá.
Tras el estallido de la Macarena, el contrapunto de sobriedad de la hermandad del Calvario, entre las dos Esperanzas, porque tras el palio de la Virgen de la Presentación, llegaba Triana. Con el Señor de las Tres Caídas un auténtico recital de andar costalero y casi un concierto en plena calle de la Banda de Cornetas y Tambores de la Hermandades, en uno de los momentos más intensos de la noche junto a la llegada de la Esperanza. El broche lo puso en la carrera oficial la hermandad de los Gitanos, con ese andar tan característico del nazareno, sobre los pies, apenas ganando centímetros con cada zancada, convirtiendo la Campana en una inmensa chicotá.
Ha sido una Madrugá plena, en la que, no obstante, ante el próximo anuncio de lluvia, las hermandades que tienen prevista su entrada ya a mediodía del Viernes Santo (Macarena, Esperanza de Triana y Gitanos) tienen ya preparados itinerarios alternativos para acortar al máximo su recorrido de vuelta a sus templos.

Elena Carazo
En Radio Sevilla desde 2003, editora de informativos y coordinadora de contenidos digitales en la emisora....




