Concluídas las tareas de consolidación de los pilares del edificio, se espera la llegada de los geólogos
Los técnicos han cavado una "bañera" para que, en caso de que las lluvias arrastren más piedras, pueda neutralizarlas y no golpeen el edificio
Después del susto tremendo, toca reponer el entorno del número tres de la calle Zakona, en pleno casco urbano de Ermua. Desde que la ladera se derrumbó, hacia las 7.20 del sábado, y una vez establecido el plan de actuación conjunto, las máquinas excavadoras están en la zona realizando las tareas de desescombro. Se desprendieron hasta 15.000 metros cúbicos de rocas, tierra, hasta las ramas se metieron entre las persianas de la vivienda. "La foto es completamente diferente", ha confirmado el concejal de urbanismo, Felix Prol. Patrullas de la Ertzaintza y Policía municipal mantienen un retén para garantizar la seguridad a los vecinos, que todavía no dan crédito. "¡De la que nos hemos librado!", exclamaban. "Hemos escuchado un estruendo y al asomar por la ventana teníamos debajo el monte".
Técnicos municipales, del Gobierno vasco y de la constructora de la urbanización están acometiendo las tareas de desescombro y consolidación. La estructura del edificio se salvó, por centímetros, pero algunas rocas estaban haciendo presión vertical sobre algunos pilares. Lo primero, por tanto, ha sido colocar testigos para detectar posibles movimientos. "El comportamiento ha sido extraordinario, no se ha movido nada", ha anunciado Prol. En paralelo, a partir del material desescombrado se ha cavado una zanja, "una bañera", sobre la que caerán las piedras que, con las lluvias de los próximos días, puedan deslizarse nuevamente de la ladera. Con todo, una vez se den por concluídas estas tareas se espera que los geólogos lleguen al lugar. Analizarán el terreno para determinar las causas del derrumbe, que las autoridades han apuntado a las intensas llluvias que "han lavado" la ladera, decía Pedro Anitua, director de Atención de Emergencias del Gobierno vasco. Además, redactarán los informes pertinentes para comenzar con las tareas de reconstrucción. Entre los pasos a dar, está asegurar el monte colocando una nueva malla de seguridad.
Los inquilinos del primero no han podido regresar a su vivienda porque las piedras alcanzan los dos metros y medio de altura. Optaron por alojarse en la vivienda de un familiar pero "si la situación se alarga", decía Prol, el consistorio les ofrecerá alojamiento. El concejal se ha comprometido a mantener informadas a las familias "en todo momento".
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"Los trabajos de consolidación de la ladera durarán varias semanas"




