El Atlético de Madrid y Falcao, campeones de la Europa League

Dos equipos vestidos de rojiblanco, uno invencible este año en Europa y otro capaz de enamorar a todos los estadios que visitaba. Ambos con sus mejores once jugadores, cada uno con sus diferentes filosofías. Esa era la introducción del guión de la final española de la Europa League. Un guión que se completó tan solo con dos palabras más: Radamel Falcao

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Simeone convivió gran parte de su carrera en la selección de Argentina bajo las órdenes de Bielsa, un matiz que seguramente ponía al Cholo en ventaja. El entrenador y emblema del Atlético ganó el duelo de las estrategias desde el minuto uno. Sus jugadores ya tenían colmillos con el partido recién nacido. Arda Turan, normalmente algo diesel, mordió desde el principio con una meritoria jugada.

El Athletic, acostumbrado a tener el balón, a ser él quien aprieta y atosiga al rival, apenas tuvo tiempo para componerse en el Estadio Nacional de Bucarest. Apareció Falcao. El colombiano recibió un balón dentro del área, sin ángulo y con Amorebieta de frente. Se paró, pensó cómo hacerse el hueco y lanzó un seco zurdazo a la escuadra. Un gol tremendo.

La genialidad del nueve colchonero tiró por tierra esa fase de los partidos en la que los equipos se estudian. El Atlético cerró sus filas, se puso el caparazón y dejó que el Athletic mordiera el anzuelo. Ánder, Susaeta e Iturraspe trataron una y mil veces de romper la maraña de la que Mario Suárez se erigió líder. Muniain probó a Courtois con un chut de esos canallas que botan delante del portero, pero el belga lo resolvió con eficiencia.

En el minuto 30 el Atlético llevaba el doble de faltas que el equipo bilbaíno, el plan de Simeone seguía su curso. Cuando el Athletic empezaba a recomponerse, Amorebieta perdió un balón a las afueras del área víctima de la presión de Miranda y Godín, Arda centró y allí estaba Falcao. Controló el balón en semifallo, flirteó con Aurtenetxe y batió a Iraizoz certificando su máster en finales de Europa League. 29 goles en 29 partidos de esta competición.

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El contraataque puede con la voluntad del los cachorros de Bielsa

En la segunda mitad Bielsa sacó todo lo que tenía quitando a Iturraspe y Aurtenetxe para dar entrada a Íñigo e Ibai. Y mejoró la versión de los vizcaínos, que trenzaron jugadas y dispusieron de ocasiones suficientes para recortar la distancia.

El tesón vasco traducido en una franca volea de Ibai y un chut de De Marcos se salpicaba con los picotazos de los contragolpes lanzados por Adrián, Falcao, Diego y Arda. Era la guerra entre la nueva filosofía de Lezama y la de toda la vida del Calderón, una pelea desigual en experiencia.

Falcao resultó el exponente máximo de la forma de atacar rojiblanca. Volvió a aparecer, pero solo el poste evitó su tercer tanto. No apareció la madera cuando Diego enfiló a Amorebieta, mártir de la final, le sentó y cruzó el balón ante Gorka. Otro golazo más para una final en la que al Atlético le salió todo bien y al Athletic casi nada.

El alumno le ganó al maestro y a la indiferencia que reinaba en el Calderón alla por diciembre cuando Manzano fue despachado. El Atlético logra la segunda Europa League de tres ediciones disputadas y ahora espera una casualidad para volver a la ansiada 'Champions'. Por su parte el Athletic cede la primera de sus dos finales, la primera de una generación maravillosa que aún debe jugar la de la Copa del Rey.

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