La mujer fallecida presuntamente a manos de su expareja en Barakaldo tenía un cuchillo clavado en la nuca
Según sostiene la Fiscalía, que ha solicitado para el joven S.M.G. una condena de 34 años y ocho meses de prisión, el imputado accedió al domicilio de la joven a través de una plataforma de mecano, aprovechando las obras que se estaban llevando a cabo en el exterior del edifico, y esperó a que la mujer y su acompañante llegaran, tras lo que se desencadenaron los hechos que terminaron con la muerte de la mujer y su acompañante herido grave. Por su parte, el acusado sostiene que accedió a la vivienda con
una llave que anteriormente le había facilitado la fallecida, ya que asegura que aún mantenía una relación con C.E.B en el momento de los hechos, pese a contar con una orden de alejamiento que le impedía acercarse a ella a menos de 300 metros.
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En su comparecencia, el agente de paisano ha descrito cómo vio salir del portal número 25 de la citada calle a la entonces pareja de la fallecida, y que éste sangraba "abundantemente" del cuello, al tiempo que el herido le solicitaba que subiera al domicilio de la víctima ya que "el exnovio de mi novia la está matando". El policía
le dijo entonces que se tumbara en un banco y ayudó a colocarle un torniquete en la zona afectada, con la intención de detener la hemorragia.
Según ha relatado el agente, tras dejar al herido tumbado y con el torniquete presionando su cuello, acudió en ascensor hasta el octavo piso -la fallecida vivía en pido 10-, para acceder hasta el décimo por la escalera, previendo que el agresor aún podía encontrase en la vivienda.
Al llegar a la puerta del domicilio y tocar al timbre insistentemente al grito de "Abran, policía" y no obtener respuesta, el agente se dirigió, ya junto a un ertzaina, hacia la puerta de una vecina, quien les facilitó una botella de plástico que, tras recortarla, utilizaron para acceder al interior del piso. Una vez dentro, ambos agentes observaron una catana "de mediano tamaño" tirada en medio del pasillo, la cual no han podido confirmar si era de adorno o estaba realmente afilada. Además, a través de una puerta entreabierta, los policías atisbaron las piernas de una mujer tendida en el suelo. Al llegar hasta allí, comprobaron que la joven, que tenía un cuchillo de cocina clavado en la nuca, había fallecido. Los agentes también han confirmado que en la habitación en la que hallaron el cuerpo había "trozos de cristales o piezas de barro", síntoma de que se había producido "una especie de trifulca", y uno de ellos ha llegado a decir que "probablemente era un cenicero que la víctima había utilizado para defenderse". Al preguntar los agentes a la vecina de enfrente si había oído
algo antes de la llegada de la Policía autonómica, la mujer les contestó que había escuchado "golpes y gritos", que cesaron en un instante para dar paso al silencio. En concreto, según recoge el atestado posterior, que ha sido confirmado por uno de los agentes, la vecina escuchó las voz de la fallecida, que gritaba "socorro,
socorro, no me mates". Paralelamente a la llegada de los agentes al lugar de los hechos,
el acusado de asesinar a C.E.B, que no fue visto por ninguno de los policías abandonando el domicilio de la víctima, se presentó en casa de su madre y, entre sollozos, presuntamente le confesó que había matado a su novia y "pinchado" a un chico que le acompañaba. Al escucharle, la madre llamó al 112.
"MI HIJO HA MATADO A SU NOVIA"
Durante el juicio, la fiscalía ha solicitado la lectura de la transcripción telefónica referida a la conversación que la madre mantuvo con unos de los operadores de SOS Deiak. "Llamo para avisarle de que mi hijo ha matado asu novia en el 25 de la calle Inmaculada", manifestó la mujer.Ante estas palabras, una patrulla de la Ertzainzta se desplazó hasta la vivienda de la madre, donde uno de los agentes procedió a detener al acusado. Según el relato del policía, el presunto agresor estaba "tranquilo" y no opuso resistencia alguna. Además, otro agente se encargó de recoger la ropa con la que el acusado había llegada a la vivienda de su madre. Uno de los agentes
ha asegurado que en la misma había manchas de "algo rojo", presumiblemente sangre, aunque habrá que esperar a las pruebas forenses para confirmar si corresponden a la víctima.
SISTEMA DE DESCUELGUE
Por otro lado, otro de los agentes de la Policía autonómica que ha comparecido este miércoles ha asegurado que en la azotea del edificio en el que sucedieron los hechos se encontró un sistema de cuerdas, con una "esquema de nudos bastante sofisticado", y que al parecer "coincidía claramente" con la vertical que da al balcón de la fallecida, lugar que, según la fiscalía, utilizó el presunto agresor para acceder a la vivienda.Asimismo, según el atestado de la Ertzainzta, en uno de los cristales exteriores del décimo piso se halló una "marca" que supuestamente sería una huella de calzado perteneciente al acusado.El juicio continuará este jueves con la comparecencia de la entonces pareja de la fallecida, que resultó herido en el suceso, y del padre de la misma, así como otros testimonios de amigos y vecinos.
Josu Segovia
Informando de la actualidad de Bilbao y Bizkaia desde 2003