Una capilla del artista Eduardo Arroyo en el Museo del Prado
El pintor Eduardo Arroyo reinterpreta, aportando su visión contemporánea, el retablo de la "Adoración del Cordero Místico" de los hermanos van Eyck
A lápiz y sobre papel vegetal, el artista ha representado en 21 dibujos, y a tamaño original, los paneles del Polítiptico de Gante, considerado icono del arte flamenco y culminación del desarrollo de la pintura al óleo. La exposición podrá verse hasta el día 30 de septiembre
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El pintor madrileño Eduardo Arroyo expondrá hasta el 30 de septiembre su "Cordero Místico" en el Museo del Prado. La obra constituye una reinterpretación personal del Políptico de Hubert y Jan van Eyck, enfocada presentando sus obsesiones e inquietudes más intimas. Según el jefe del Departamento de Dibujos y Estampas del Museo Nacional del Prado, J.M. Matilla, la exposición se ha configurado como una "capilla" del autor.
El símbolo reiterado de la mosca como sello de identidad del artista, coros evangélicos con gafas de sol, y figuras de dictadores históricos acudiendo a adorar al Cordero, constituyen una pequeña parte de los elementos personales que aporta la visión del artista a la obra original, que se conserva en la catedral de San Bavón de Gante (Bélgica).
El propio dibujante ha manifestado que no hay burla, ni nada grotesco o sacrílego en su obra, en la que los personajes y acciones significativos del retablo flamenco aparecen reconvertidos y adaptados a la edad contemporánea: Adán y Eva visten indumentarias actuales, Caín esgrime un revólver para matar a Abel y Van Gogh y Oscar Wilde sustituyen a dos santos.
Como reseñas más curiosas, la Virgen y San Juan leen a Stendhal y a James Joyce; y otros personajes aparecen convertidos en "golden girls". En palabras del autor, "un homenaje a todos aquellos que ponen música a nuestros cuadros".
Sin embargo, Arroyo no ha reproducido el cordero místico y lo ha sustituido por un enjambre de moscas, como los males que acechan constantemente al hombre zumbando a su alrededor. En otros paneles se contempla una retahíla de personajes conocidos escondidos entre los trazos del grafito. El Orson Welles de Ciudadano Kane, Albert Einstein o Sigmund Freud, son algunos de los que más sorpenden.