"Lo siento mucho, de todo corazón, por mi familia y por la familia de las víctimas"
El acusado del doble atropello mortal en Tablada pide perdón
El joven de 25 años acusado de un accidente mortal en Sevilla en el que murió una pareja de novios ha dicho hoy que lo siente mucho, por su familia y por la otra, que no entiende cómo le pudo pasar a él una cosa así, que es "una desgracia". Javier Suárez Rodríguez ha acudido hoy a los juzgados de Sevilla para entregar su carné de conducir y firmar su primera comparecencia semanal, tras salir de la cárcel por orden de la magistrada que verá lo juzgará en septiembre.
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El joven provocó un accidente de tráfico mortal a las 5.40 horas del 30 de octubre de 2011 en la avenida Juan Pablo II de Sevilla, cuando circulaba a doble velocidad de la autorizada y con una alcoholemia que cuadruplicaba la tasa máxima.
El acusado presuntamente se saltó un semáforo en rojo y se produjo el choque frontal con otro vehículo, cuyos dos ocupantes fallecieron.
El abogado de Javier, Manuel Manzaneque, ha dicho a los periodistas que su cliente ha quedado libre porque el juicio se suspendió la semana pasada debido a la incomparecencia de unos testigos fundamentales, que deben certificar la conducción imprudente del acusado y a los que se envió la citación pero no la recogieron.
Según el letrado, la prisión provisional se decreta cuando existe riesgo de fuga y en este caso Javier cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de su pueblo, quien ha certificado que es una persona normal que colabora en trabajos solidarios.
También ha adelantado el letrado que impugnará la prueba de alcoholemia hecha a su cliente, que "deja mucho que desear" porque se hizo con un etilómetro provisional portátil que se compra en farmacias.
Pese a ello, la Fiscalía de Sevilla y la acusación particular que ejerce la familia de la víctima se opusieron a su libertad y pidieron que siguiera en prisión hasta la nueva celebración de juicio.
Como consecuencia del accidente, falleció la pareja de novios formada por Rosa María, de 22 años, y Ángel Antonio, de 25, que regresaban a su casa tras concluir su jornada de trabajo y cuya familia ya ha sido indemnizada por la compañía aseguradora del vehículo del acusado.
El Volkswagen Golf de Javier circulaba a 98,2 kilómetros por hora, en una zona limitada a 50 kilómetros/hora y el conductor arrojó 2,11 gramos de alcohol por litro de sangre, más del cuádruple de lo autorizado, aunque dio negativo a otras drogas.