La Sevilla de Escudé

Escudé se marcha de "su Sevilla" pregonando sus excelencias en un repaso de sus vivencias por la ciudad y sus costumbres. Seis años después, el francés se va como un sevillano más

Además de la tradicional ronda de agradecimientos habitual cuando se va un futbolista tras una etapa cumplida, Julien Escudé ha añadido a su despedida un original paseo por los momentos vividos en la que no ha dudado en llamar "su Sevilla", refiriéndose a la ciudad que en estos años le ha cautivado. Para el francés, Sevilla tiene un color especial y ese es el blanco y el rojo. Pero le ha dado tanto, que suena a pregón todo lo que ha dicho de ella: "Mi Sevilla siempre tendrá color rojo y blanco. He vivido una mañanita de niebla y una tarde de paseo. He olido el azahar, los campos de olivos, he paseado por el Arenal, Triana, la Alfalfa... He disfrutado de los toros con Talavante, Morante, Castella... El olor del gin tonic, del albero, los coches de Caballo por el Paseo Colón, los lunares de la Feria, las mujeres guapas bailando..."

El internacional ha tenido palabras cariñosas para "los béticos por el trato que han tenido hacia mí. Aquí pueden convivir dos grandes clubes con respeto. Me quedo también con la Semana Santa, con el Baratillo, La Lanzada, La Sed, El Silencio en la catedral... Para mí Sevilla siempre será jamón, queso, gambas, Cruzcampo, bocadillo de pringá y pescaíto frito".

El defensa ha agradecido al personal del club la labor durante su estancia en Sevilla y ha asegurado que "ahora empiezo una nueva etapa e intentaré ser feliz, pero volveré seguro".

Escudé ha destacado como el mejor momento vivido en Nervión "el gol de Antonio Puerta ante el Shalke" y borraría "la temporada pasada, donde pasamos por malos momentos". El galo se va con el cariño de todos sus compañeros, pero especialmente con el de "Freddy Kanouté y Andrés Palop". Y se ha despedido con un sentido "gracias por todo. Para mí fue un placer compartir todo este tiempo con vosotros".