El PSOE hacia la irrelevancia.
Hace unos meses leí un reportaje sobre un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts que habían creado un software que generaba de forma automática escritos técnico-científicos.
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A primera vista, los textos parecían muy bien escritos, pero en realidad no tienen sentido ni decían nada. Lo más interesante del engaño fue que los jóvenes investigadores consiguieron que algunos de estos trabajos falsos fueran aceptados en congresos científicos o publicados en revistas especializadas. El software se articulaba en torno a unas oraciones bien estructuradas y con gran número de datos, que dejaba espacios intercalados que se rellenaba con las especificidades del trabajo que se quería presentar.
Para explicarlo en términos más fáciles, es como si imagináramos un programa informático con el que crear libros de novela negra. El software te ofrecería la estructura del relato, la trama de la novela y unos magníficos textos para rellenar cada capítulo. El sistema dejaría a tu elección, por ejemplo, los nombres de los protagonistas, quién iba a ser el muerto o a quién se le cargaba con el asesinato. Los resultados obtenidos por el PSOE en Euskadi y Galicia este fin de semana parecen consecuencia de haber acudido a las urnas con un programa electoral realizado con un sistema informático como el de los investigadores del Instituto de Massachusetts. A primera vista parecían reales, pero la mayoría no tenía ni sentido ni decían nada. El proceso tiene toda la pinta de volver a repetirse en Cataluña, donde acudirá el PSOE con una propuesta estructurada y con un gran número de datos, pero sin efecto práctico alguno. Ni hay discurso ni hay alternativa: es una calle de en medio en medio de ninguna calle.
En el camino del PSOE hacia la irrelevancia política este fin de semana hubo tocata y fuga de votos en Euskadi y Galicia. La próxima parada será en Cataluña, donde se dará otro gran paso adelante hacia la nada. Frente a la mayor crisis económica de la historia y frente al Gobierno más censurado en la calle, los socialistas no solo no levantan cabeza sino que están a punto de perderla. Por cada porcentaje de estimación del voto hacia el PP que se va dejando este partido en las encuestas como consecuencia de los recortes y el malestar ciudadano, el PSOE pareciera que se deja dos. O lo que es lo mismo, mientras más se aleja el PP de sus posibles votantes, más lejos están los ciudadanos de considerar a los socialistas una alternativa viable. De hecho, ahora mismo el mayor referente del socialismo español empieza a ser un socialista que está sentido en el sillón de la presidencia del Gobierno de Francia.
En cada nueva cita electoral del PSOE queda más reducido el liderazgo de Alfredo Pérez Rubalcaba, a quién seguramente no cambian todavía conscientes de que su sustituto estaría quemado en menos de un año. En este contexto, la reserva espiritual del socialismo español se concentra ahora en Andalucía, donde José Antonio Griñán está al frente de una de las dos únicas comunidades autónomas en España con un gobierno de izquierdas. Hasta ahora, posiblemente por las penurias económicas, tanto PSOE como Izquierda Unida han gobernado con el programa informático de los investigadores de Massachusetts, introduciendo algunos matices pero sin cambiar ni el marco ni el modelo. De cara a 2013 harán su primer presupuesto conjunto. Será con bastante menos dinero y tendrán que decidir las prioridades. El otro día las marcaron dos estudios económicos coincidentes. Uno de Unicaja y otro del BBVA. Andalucía el año que viene puede alcanzar un 35,5 de porcentaje de población en paro. Y eso no hay sociedad que los resista ni programa informático que lo esconda.