El Museo del Prado 'resucita' un San Juan Bautista de Tiziano
Tras una laboriosa restauración el Prado muestra por primera vez al público este cuadro que estuvo durante muchos años en una iglesia de la localidad almeriense de Cantoria

El cuadro de Tiziano antes y después de su restauración

La obra se ha podido atribuir recientemente a Tiziano gracias a los estudios realizados durante su restauración. Se muestra al público junto a los otros dos cuadros que pintó con el mismo motivo y que se conservan e Venecia y el monasterio de San Lorenzo del Escorial
El San Juan Bautista del Prado llegó al museo en 1872 y es el único cuadro de Tiziano que no procede de las colecciones reales, sino del Museo de la Trinidad. Su mal estado de conservación hizo pensar a los expertos que se trataba de un anónimo madrileño y por eso se depositó entre 1886 y 2007 en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen de Cantoria (Almería).
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En 2007 el Museo del Prado comenzó el estudio de este cuadro basado en una versión anterior al San Juan Bautista dell' Accademia de Venecia, pintado hacia 1530-32, que también se exhibe en la pequeña exposición. De los estudios realizados se ha revelado que no era una copia sino un original del artista veneciano. La atribución de la obra se ha constatado por las características técnicas, como la preparación de albayalde con adición de carbonato cálcico, y la similitud del paisaje con los de otras obras de Tiziano que han permitido fechar este descubrimiento.
El cuadro llegó al Prado en un lamentable estado de conservación y era prácticamente imposible de contemplar la verdadera imagen. Sólo se intuía que se trataba de la imagen de un San Juan Bautista y poco más. Según Miguel Falomir, comisario de la muestra y Jefe del departamento de Pintura Italiana y francesa (hasta 1700) se ha realizado casi una 'resurrección ' del cuadro más que una restauración por lo laborioso del proceso La restauración llevada a cabo por Clara Quintanilla ha permitido restablecer su legibilidad y la composición de la figura y el paisaje de fondo. La superficie sigue estando muy dañada, pero la importancia del hallazgo es más documental que estética. Gracias a las radiografías realizadas del cuadro del Escorial y el del Prado se ha podido comprobar cómo trabajaba Tiziano.
Cuando realizaba una nueva composición realizaba una réplica del cuadro esperando que alguien le hiciese un encargo sobre el mismo cuadro. Cuando ese encargo se realizaba el maestro veneciano ya tenía listo el cuadro al que después introducía variaciones para que no fuese una mera copia sino un nuevo original. De tal manera que no se pueden encontrar dos ticianos iguales. Esta forma de trabajar también nos permite comprobar la evolución de estilo del propio Tiziano, de tal manera que en la versión veneciana San Juan Bautista parece más un predicador y en las siguientes se presenta como un hombre en éxtasis recibiendo la llamada de dios. En el cuadro final del Escorial el paisaje de fondo es casi impresionista. Los tres cuadros fueron realizados en un espacio de tiempo de unos 30 o 35 años. Cuando la pequeña muestra concluya el 10 de febrero, el Prado incorporará su San Juan Bautista a la colección permanente.




