El pirómano de Las Naciones reconoce que prendió fuego al cuarto de contadores de su bloque

Rafael, en un interrogatorio que se ha parecido más a un diálogo de sordos que a otra cosa, ha reconocido que colocó bombonas de butano y bidones de gasoil en su piso y en su edificio. Ha dicho que lo hizo en "venganza o revanchas" contra sus vecinos que, según él, lo habían amenazado de muerte y le hacían la vida imposible. Tanto que asegura que lleva cuatro meses en la cárcel "más a gusto" que en su casa.

Rafael ha manifestado que aquella madrugada de julio de 2009 él no era él. Ha señalado que no quiso matar a nadie y por eso sólo prendió fuego al combustible del cuarto de los contadores pero no a los que había colocado en la puerta de tres vecinos ni tampoco al del ascensor o a las tres bombonas de butano que dejó abiertas en su casa.

El acusado ha recordado que después se entregó a la Policía, que se presentó en la comisaría de La Alameda con su perrita, las cenizas de su mujer y una bolsa con dos mudas. Y en su vivienda, ha dicho, dejó 21 millones de pesetas.

La acusación particular pide para el acusado 296 años de cárcel, mientras que la Fiscalía solicita nueve años y medio de prisión y el pago de 1.260 euros por siete faltas de lesiones, así como el pago de una indemnización de 238.950,77 euros por los daños causados en el inmueble y de 3.000 euros a cada uno de los afectados por los daños psicológicos causados.

En su escrito de acusación, el fiscal relata que los hechos tuvieron lugar a las 4,00 horas del 17 de julio de 2009, cuando el procesado, "motivado por los numerosos problemas que había mantenido con otros habitantes" del bloque, preparó dos habitáculos con escape de gas en el interior del edificio, todo ello "sin que conste tuviera la directa intención de atentar contra la vida de ninguno de ellos, pero con claro desprecio a los perjuicios que se pudieran producir". Según el fiscal, el incendio "supuso un grave riesgo para la vida o integridad de las personas, algunas de las cuales resultaron afectadas, así como numerosos daños materiales". Cerca de 30 vecinos resultaron afectados por inhalación de humo, quemaduras, policontusiones o crisis de ansiedad.