"Notaba los golpes y el dolor, pero no sabía qué estaba pasando"

La Fiscalía pide más de 28 años de prisión para el presunto agresor por tres intentos de homicidio. Las víctimas, que pudieron salvar la vida, todavía sufren secuelas. El hombre está en prisión desde que ocurrieron los hechos.

El acusado de tres homicidios en grado de tentativa ni siquiera ha dicho reconocer el hacha y el cuchillo con los que atacó a las tres empleadas del centro de salud El Naranjo. Victimas que también han prestado declaración y que, aseguran, no conocían a quien aquel día, hace dos años, se acercó al mostrador y la emprendió a hachazos sin mediar palabra.

"Yo no sabía que era lo que estaba pasando. Notaba golpes y el dolor, pero no sabía lo que estaba pasando", cuenta Pilar Sánchez, que no ha podido volver a trabajar desde entonces: "Me han dado incapacidad total". Recibió varios hachazos, uno de ellos en la mano que le ha quedado prácticamente inutilizada, y otro en la cabeza que le ha provocado pérdida de visión.

Sus otras compañeras también siguen teniendo secuelas. Pilar González sufrió una amputación de una falange y a consecuencia de un golpe en la cabeza ha visto reducido su campo de visión, ha perdido sentido del olfato y gusto, además de los problemas psicológicos y de estrés que sigue padeciendo.

La defensa mantiene que el acusado tiene un transtorno mental desde hace años, aunque no se le ha diagnosticado. Un extremo que los testigos ponen en duda: "Yo que le vi agrediendo a las víctimas y vi su cara cuando se dirigió a mí y por la forma de dirigirse, no soy psicólogo, pero para mí una persona loca no actúa de esa manera", explica Raúl Sánchez. Él fue quien evitó que el acusado siguiese agrediendo a las tres mujeres, pegándole con el palo de una fregona en la cabeza, y saliese del centro diciendo que iba a entregarse a la Policía. Los agentes lo detuvieron a escasos metros, donde se había tirado en el suelo. El juicio quedará visto para sentencia mañana.

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