Las larguiruchas figuras de Giacometti posan en la Fundación Mapfre
La exposición 'Terrenos de juego' se abrirá al público el 13 de junio y podrá contemplarse hasta el 4 de agosto
Reúne 190 piezas entre esculturas, dibujos, grabados, pinturas y fotografías de Alberto Giacometti que abarcan todas sus etapas y que han sido prestadas por 32 museos y colecciones particulares de todo el mundo
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El artista suizo Alberto Giacometti (1901-1966) comenzó sus estudios de escultura en París en 1922 estimulado por su padre, el pintor Giovanni Giacometti, y pronto rechazó la representación convencional de la realidad con obras precursoras como 'Hombre y mujer' próximas a la representación cubista y con influencias del arte africano y de Oceanía.También crea objetos sin pedestal para jugar con ellos o tirarlos como 'Figura coja andando'. En sus primeras obas juega más con la horizontalidad y de ahí surgen sus maquetas de lugares y sus mesas de juego en las que el espectador podría realizar la última jugada. En esas obras horizontales incluye figuras humanas diminutas que podrían cambiar de escala para convertirse en esculturas que podrían instalarse en plazas monumentales o espacios abiertos.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Giacometti se plantea dar más tamaño a sus figuras aumentando la altura. El resultado fue el adelgazamiento de sus esculturas que se volvían, en palabras del artista, 'flacas y larguiruchas'. Así surgieron sus características figuras hiperestilizadas en conjuntos sobre plancha de bronce que interpretan lugares urbanos y espacios naturales. Surgen así sus hombres y mujeres caminando que, según el Director del Instituto de Cultura de la Fundación Mapfre, Pablo Jiménez Burillo, transmiten sensaciones que nos siguen concerniendo con una idea del hombre existencialista desvalido, con un movimiento que no lleva a ningún lado en un mundo de profundas soledades.
La muestra se ha planteado para demostrar que Giacometti no concebía la escultura como un objeto aislado, sino como un lugar y un espacio en el que confluyen el amor, la vida y la muerte como las principales obsesiones del artista. También se presenta la vanidad de Giacometti convertido en personaje, como Dalí, que sólo se deja retratar por fotógrafos como Man Ray, y que convierte su taller de trabajo en motivo de representación a través de sus pinturas y dibujos. Al final de la exposición se pueden contemplar las impresionantes figuras de bronce que ideó para el fallido proyecto de la plaza del Chase Manhattan Bank de Nueva York con 'El hombre caminando', 'Cabeza grande' o 'Mujer grande de pie' que, por su tamaño, sobrecogen al visitante.