El azúcar deja de ser una industria potente
Desde que en 2006 Bruselas aprobara la reforma de la remolacha, se cerraron cuatro plantas productoras en la comunidad
El inicio de la campaña remolachera en Andalucía apenas es noticia de portada en estos días. El azúcar ha dejado de ser una industria potente en la región.
Desde que en 2006 Bruselas aprobara la reforma de la remolacha, se cerraron cuatro plantas productoras en la comunidad. Sólo queda una, en Jerez, que moltura el producto que llega fundamentalmente de las provincias de Cádiz y Sevilla.
En sólo unos años hemos olvidado qué suponía este cultivo en esta tierra. En 2009 se sembraba remolacha en casi 1.300 explotaciones andaluzas. Se contrataba a casi 1.500 agricultores. Cuatro años después, hablamos de 750 contratos y de una producción de 280.000 toneladas, un 40% menos que el año pasado, una ínfima parte de los más de dos millones de toneladas que se recogían antes de la reforma europea.
En estos días se negocian las ayudas agroambientales de la Junta para este cultivo y no hay buenas perspectivas. Además del pujante turismo, existen otros sectores económicos en la región que necesitan de un impulso. Aún muchas familias comen de la agricultura en Andalucía. Aún muchos pueblos viven de ella.




