Una jubilación en diferido
Con 67 años recién cumplidos, el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, ha anunciado su jubilación en diferido. Griñán no volverá a encabezar el cartel electoral del PSOE a la presidencia de esta comunidad autónoma y para agosto tendrá ya sustituto. Mejor dicho, todo apunta a que habrá sustituta: Susana Díaz, actual consejera de la presidencia y secretaria de organización de los socialistas andaluces. Susana Díaz será elegida en un proceso de primarias que se va a convocar de inmediato y donde será difícil que el escaso sector crítico del PSOE en Andalucía tenga tan siquiera tiempo de plantear una alternativa.
El anuncio de Griñán sobre su jubilación tiene toda la pinta de que jubilará también a Alfredo Pérez Rubalcaba. El actual secretario federal del PSOE lleva meses en el cargo asistido por un respirador artificial y Griñán ha decidido desconectar el enchufe. El mensaje es claro: el presidente de la Junta, con el mayor poder institucional que tiene el PSOE en España comienza un proceso para hacer un relevo generacional en Andalucía, por lo que no tiene sentido que Rubalcaba no haga lo propio en España. La revolución en el PSOE será inmediata. Griñán anuncia que no repite y pone en marcha un proceso de primarias en Andalucía. La señal para el PSOE federal es nítida.
Griñán lleva varios meses ideando esta operación que ha sido medida en casi todos sus detalles. Sin embargo, igual se les ha pasado uno. Y no es poco importante. Realizar el anuncio el día que se iniciaba el debate sobre el Estado de la Comunidad. Y ese confunde mucho. Esta mañana cualquiera podría decir que comenzó en el Parlamento andaluz el debate sobre la situación del PSOE en Andalucía, algo que le interesa más bien poco a una sociedad inmersa en una de las mayores crisis económicas de la historia.
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