La Comunidad juega contrarreloj

La justicia solo ha paralizado cautelarmente el proceso e investiga cuestiones formales del concurso que afectan principalmente a la modificación de algunas condiciones y el incumplimiento de plazos pero el tiempo juega en contra de la Comunidad de Madrid. De momento, tendrán que afrontar cambios importantes en los presupuestos.

Javier Fernández Lasquetty, el consejero más achicharrado del gobierno regional, ha hecho pleno. En materia sanitaria, la justicia le tumbó primero el euro por receta (la Comunidad se empeñó en seguir adelante a pesar de lo ocurrido en Cataluña) y el proceso de privatización de seis hospitales en la región solo encuentra piedras en el camino.

Con el proceso doblemente suspendido de forma cautelar, el gobierno regional se encuentra ante un doble problema. El primero, obviamente, no satisfacer ni sus deseos ni los de las empresas privadas que negociaban ya su entrada en los hospitales adjudicados y que ya habian mantenido reuniones con el personal directivo de estos centros. En segundo lugar, y admitiendo que a largo plazo el plan privatizador saldrá adelante aunque haya que repetir el concurso, Ignacio González, no se puede plantar en plena precampaña electoral con un problema que afecta directamente a su imagen y a la de su gobierno. Es probable que entremos en ese 'carrusel' de recursos y más recursos que retrasen un año o más, la entrada en vigor de esta adjudicación.

Este sería el peor de los escenarios teniendo en cuenta que el perfil público de González no es el de Esperanza Aguirre y que el conflicto sanitario ha tenido la particularidad de unir en la calle a madrileños de todas las ideologías posibles. Muchos de los asistentes a las manifestaciones se reconocen como votantes del PP.

Los colectivos médicos, principalmente la asociación de facultativos AFEM, ganan una batalla mediática con cada suspensión. Mantienen viva la protesta y fortalecen este movimiento que no se ha diluido en cuestión de semanas, como ha ocurrido con otras protestas. Ni el desprecio mostrado hacia los médicos por parte de la Comunidad ni situar la pelota en el plano laboral parecen haber funcionado.

En el plano político, es también una victoria para la oposición. El PSOE sabe que la marea blanca ha debilitado a un gobierno completo, que ni ha explicado el proceso y que ha hecho gala de una transparencia que se ha ido desmontado con cada una de estas decisiones judiciales.

En unos meses en el PP tienen que elegir candidatos. En Madrid no lo tiene fácil. Las encuestas no son favorables y necesita la mayoría en el Ayuntamiento y en la Comunidad. Rajoy no puede jugar con Madrid por las consecuencias que eso podría tener a nivel nacional para los intereses electorales de su partido. González necesita llegar fuerte a esa elección previa si quiere ser cartel electoral por lo que el reloj juega en su contra. Hasta ahora ha dejado que su consejero se quemara a lo bonzo con esta cuestión. Lo ha hecho gustoso y a eso ha sumado su incapacidad para explicar el proceso ante la ciudadanía y su sectarismo mediático que le lleva a atender solo las llamadas de los medios afines. Pero sería injusto cargar toda la responsabilidad sobre él. El problema de Lasquetty crece y se alarga y puede terminar afectando muy seriamente al futuro de Ignacio González.