La trampa de las dietas milagro
La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición afirma que uno de cada diez españoles con sobrepeso las ha realizado alguna vez
Valencia
Entre sus peligros, desconocidos en muchas ocasiones, figura el temido efecto rebote. "La clave para el mantenimiento del peso no reside en lo que has perdido, si no en lo que has aprendido. Si somos capaces de perder, pero no logramos cambiar los hábitos que nos llevaron a aumentar de peso, estaremos condenados a recuperar los kilos que perdimos", admite Marcos Sopena, médico especialista en endocrinología y nutrición
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Equivocados aquellos que identifican la palabra "dieta" con plan de adelgazamiento y no con pautas alimentarias. Todos, comamos lo que comamos, llevamos a cabo una dieta. Comer mal o bien eso ya es otra historia... No hay mes sin que una nueva dieta milagro en una revista -tanto femenina como masculina- , haga acto de presencia como reclamo en alguna de sus portadas y ante los que no me queda otra que pensar: ¿Serán conscientes los lectores de los peligros que acarrean semejantes consejos? La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) afirma que uno de cada diez españoles con sobrepeso ha realizado alguna de estas dietas.
Las señas de identidad de estas dietas son: la promesa de una pérdida de peso sin apenas esfuerzo y una supuesta "seguridad" en materia de salud". Algo que los estudios ya han tirado por tierra. Investigaciones llevadas a cabo por magazines especializados como Santé-medicine, Journal de femme y la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación francesa (Anse), concluyen que, por ejemplo, el 80% de los encuestados (alrededor de unas 5.000 personas), seguidores o ex fieles de la dieta Dukan, han recuperado el peso que bruscamente perdieron en cuestión de pocos años. El denominado efecto yo-yó o rebote en ocasiones como esta es evidente. "La clave para el mantenimiento del peso no reside en lo que has perdido, sino en lo que has aprendido. Si somos capaces de perder, pero no logramos cambiar los hábitos que nos llevaron a aumentar de peso, estaremos condenados a recuperar los kilos que perdimos", admite Marcos Sopena, médico especialista en endocrinología y nutrición.
Lo que más indigna de todo, es que estas dietas en la mayoría de las ocasiones son fruto de la búsqueda de beneficios económicos, más que de la promoción de una alimentación sana y equilibrada y que muchas de ellas son prescritas por personas que no tienen nada que ver con los profesionales del campo de la nutrición (endocrinos y nutricionistas). "La gente piensa que el problema del peso se resuelve cambiando lo que pesamos y no tanto poniendo orden en lo que pensamos. A veces, por eso es más fácil recurrir a un libro que me diga cómo voy a pesar lo que quiero pesar, que acudir a un profesional que ahonde en aquellas cuestiones que me han llevado al exceso de peso", señala el doctor.
Mi experiencia me dice que todo sistema - tanto de entrenamiento, como de nutrición- debe ser sostenible, si no es prácticamente inúti. Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, estas dietas pueden provocar deficiencias de proteínas, vitaminas y minerales por la falta de consumo de determinados alimentos; acarrear efectos psicológicos negativos (imaginad lo que puede suponer comer lo mismo todos los días para nuestro carácter); desencadenar, incluso, trastornos de la conducta alimentaria (anorexia, bulimia) y favorecer el ya mencionado efecto yoyó.
Para no dejarnos llevar por estas 'falsas amigas', lo primero que debemos hacer es identificarlas. Algunas de las más conocidas, según la SEEN, son: la del sirope de arce, Dukan, la sopa quemagrasas, la del potito de bebé, del helado o de la alcachofa.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se prevé que para el 2015 un total de 41 millones de personas fallecerán en el mundo de enfermedades crónicas a consecuencia de una alimentación inadecuada, consumo de tabaco y falta de actividad física. Está claro, hay que alimentarse bien, pero las dietas milagro no son el camino, ni tampoco la mejor guía los que las publican, recomiendan y anuncian a los cuatro vientos. Para eso están los endocrinos y nutricionistas, ellos valoran quién debe perder peso y, en el caso de tener que hacerlo, la forma más saludable de hacerlo. Tener esto presente es el punto de partida para no caer en esta peligrosa trampa que se disfraza de milagro, pero que en realidad es una falsa y peligrosa amiga.
El peligro de las dieta milagro. Ser saludable (12-09-2013)
07:31
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