Pruebas de esfuerzo, el primer paso para empezar a practicar deporte
Una sencilla prueba que puede prevenir problemas graves si afrontanmos una actividad física sin conocer nuestro actual estado.

(Sara Tabares)

Valencia
¿Qué tipo de ejercicio debo hacer para lograr mis objetivos, cuántos días, a qué intensidad?... Antes de comenzar cualquier actividad, debemos saber qué tipo de ejercicio podemos hacer para lograr nuestros objetivos de forma segura. Podemos averiguarlo con una sencilla prueba de esfuerzo. "Es posible reducir cerca de un 90% los casos de muerte súbita en el deporte con una revisión médica sistematizada y la realización de una prueba de esfuerzo", señala Cristina Pérez Encinas, especialista en medicina deportiva.

En Ser Saludable conocemos en qué consiste una prueba de fuerza, muy recomendable antes de iniciar un ejercicio físico sin conocer nuestro verdadero estado físico y de salud.
Muchos, cuando van a empezar una actividad se preocupan por comprarse el último modelo de zapatillas de la marca tal o los pantalones más favorecedores para acudir a sudar a una clase de spinning. Empiezan mal.
Lo primero que deberían hacer sería centrar su atención en saber qué tipo de ejercicio deben hacer para lograr sus objetivos, cuántos días y a qué intensidad.Todo eso se averigua con una prueba de esfuerzo. Cristina Pérez Encinas, especialista en medicina deportiva, nos explica: "Es una manera de reconocer si el corazón se adapta correctamente al ejercicio, si respiramos de forma adecuada, si intercambiamos oxígeno de la manera correcta...".
La prueba de esfuerzo consiste en algo sencillo: el médico coloca parches planos y adhesivos -alrededor de diez- en el pecho de la persona que se someta a la prueba. Éstos van conectados a un monitor que sigue la actividad eléctrica del corazón durante el examen. Se puede hacer en una cinta de andar o pedaleando sobre una bicicleta fija. Lentamente, el doctor pedirá que caminemos (o pedaleemos) más rápido.
Pero... ¿Quién bebe hacérsela? Equivocados aquellos que piensan que sólo está indicada para deportistas profesionales. Una persona que se ha mareado haciendo ejercicio, tenido palpitaciones o le ha dolido el pecho cuando ha salido corriendo para no perder el autobús, podría justificar una prueba de esfuerzo, pero no sólo en estos casos... En general, se hace a nivel preventivo. "Descartamos trastornos que no siempre dan síntomas", explica la experta.
Según Pérez Encinas, "en Italia, desde los años 80, es obligatorio para participar en competiciones, incluidas las 'amateur', aportar un certificado con un electrocardiograma basal y una prueba de esfuerzo, preferentemente máxima. De esta forma, se ha llegado a constatar que la muerte súbita en deportistas se redujo en un 89% respecto al índice anterior a establecer esta obligación".
Las pruebas de esfuerzo conllevan sus riesgos. "Si un individuo tiene una arritmia que desconoce, la prueba de esfuerzo evidenciará esa arritmia. La prueba no lo provoca, pone en evidencia que existe ese problema, por eso es tan importante que se haga en un entorno sanitario, con un profesional que sepa responder a ese tipo de problemas", aclara la doctora. Estas pruebas no sólo sirven para valorar a deportistas de elite, están indicadas para todo tipo de personas, en especial para aquellas que nunca han hecho ejercicio y quieren empezar a hacerlo en condiciones de seguridad.
Antes de empezar cualquier actividad, debemos saber qué puede hacer una persona, cuántos días, a qué intensidad... Todo esto es el principio, el punto de partida correcto... Siempre repito lo mismo: el ejercicio empieza por la seguridad. Y después de esto, de oírlo mil veces y grabárselo a fuego... Por mi, el que quiera ya puede ir a comprarse las zapatillas de moda, pero lo primero, es lo primero.
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Ser saludable: La prueba de esfuerzo. Hoy por hoy Valencia, 19-03-2013




