La sintonía entre jeltzales y socialistas llega al ámbito municipal

Después de un mes de cocina, y con conversaciones pendientes hasta el mismo día del pleno, el gobierno municipal ha alcanzado un acuerdo con los socialistas, que se abstendrán en la votación del proyecto de Tasas e Impuestos para el próximo año. "Buscamos que la progresividad sea una constante a partir de ahora", explicaba Alfonso Gil que rechazaba el discurso demagógico que puedan plantear otros grupos en el Ayuntamiento, "porque si creemos que las instituciones tienen que dar ciertos servicios hay que decirle alto y claro a a ciudadanía que éstos tienen unos costes y hay que paliarlos".

Servicio a domicilio

Una de las claves del acuerdo pasa por el servicio a domicilio que, a partir de ahora, tendrá en cuenta en el cálculo la renta y el patrimonio de los beneficiarios, lo que supone "una victoria de los ciudadanos", se felicitaba Gil. También se tiene en cuenta a sectores que "empujan" a la ciudad, con la congelación de los coeficientes de las obras de reforma, rebajas de la tasa de actividad, y reduciendo la tarifa de la OTA para autónomos -como albañiles o fontaneros- que pagarán 4 euros menos al día y podrán aparcar en el lugar de trabajo. Del lado opuesto, se pedirá un "sacrificio" a los bancos por disponer de los cajeros automáticos en la vía pública, pagarán más del doble por este concepto. Este debate será uno de los puntos calientes del primer pleno del curso político. Tanto Bildu como el PP han mostrado su rechazo a la ordenanza que con una tercera subida consecutiva de los impuestos, en palabras de la portavoz popular, "está abusando de los bilbainos". Por su parte, el grupo abertzale planteará, mirando hacia las Juntas Generales, modificaciones en el IAE y en el IBI, en este último impuesto para gravar las viviendas vacías con un recargo de hasta el 150%.