El rey de los cigarritos electrónicos es chino y trabaja en Valencia
Se llama Wang Ji y ha comprado el 95% de las patentes existentes en España para vender cigarritos electrónicos, a los que él se refiere como "aparatos para producir vapor". Ahora está comunicando a los vendedores que deben abonarle los correspondientes derechos, "poco, barato, estamos en crisis", por los que ha pagado más de 100.000 euros


valencia
Llegó a España hace 26 años, y desde Manises, Valencia, se dedica a negocios de importación y venta de productos asiáticos. Ahora, ha invertido en un producto que no deja de crecer en ventas y presencia en nuestras calles y centros comerciales, a pesar de las dudas médicas que hay en torno a él. Los cigarritos de vapor que se ofrecen como ayuda para dejar de fumar, no serán precisamente humo para Ji. Piensa cobrar derechos de cada uno de ellos, y sus abogados han enviado los primeros burofax de advertencia.
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Wang Ji habla castellano con soltura. Atiende la llamada de Radio Valencia en uno de sus almacenes en el área de Manises cercana al aeropuerto, donde se da la mayor concentración de almacenes de productos chinos en nuestro país. Llegan a través del puerto de Valencia la mayoría, y desde aquí se reparten por toda la península y varios paises europeos. Es un empresario audaz. Se le ocurrió y lo hizo, sin demora. Una a una fue adquiriendo las patentes de la inmensa mayoría de cigarritos electrónicos que llegan a nuestro país. En otros casos, él afirma haber participado en el diseño exterior de los dispositivos, para ampliar la gama. Ahora, quiere cobrar el cánon correspondiente.
Las tiendas y puntos de venta de estos artefactos no dejan de crecer, y sin embargo, según Ji, "sólo se ofrecen 3 o 4 modelos de los muchos que hay en China y otros países". Él reconoce tener el 95% de las patentes para España, y quiere cobrar "un precio razonable, para que todo el mundo gane dinero". Wang Ji comenta que la mayoría de los vendedores contactados hasta ahora aceptan la situación, "sólo algunos no lo entienden", y a esoso, sus abogados lñes están haciendo llegar un mi llar de burofaxes para poder presentar querella en el juzgado si no hay acuerdo con los franquiciados. Y es que el empresario chino no sólo ha patentado dispositivos compeltos, también se ha hecho con accesorios y dice tener los registros de todos ante la administración española.
"Estamos en crisis, es poco dinero lo que se pide", dice Ji, que reconoce haber pagado entre 700¤ y 1.500¤ por cada una de las 134 patentes que ha puesto a su nombre en España. Piensa cobrar, según el tamaño de los puntos de venta "entre 50¤ y 100¤ al mes, nunca más de 100¤...barato... tenemos crisis", insiste.
Sin embargo, el dueño de las patentes, al que no le gusta que le llamemos "rey de los cigarritos", no explica el contenido del líquido que se utiliza en los dispositivos. "No sé de qué está hecho, viene en botellas aparte, produce vapor", y de ahí no pasa. Reconoce utilizarlos en ocasiones, pero no fuma.
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El dueño de las patentes del 95% de los cigarrillos electrónicos que se venden en España es chino y vive en Manises




