Apnea del sueño, cuando el sueño se convierte en pesadilla
En torno al 30 % de la población española padece trastorno del sueño en algún momento de su vida, y hasta un 4 % de forma crónica, según datos de la Sociedad Española de Neurología


valencia
Dormir puede estar muy lejos del descanso. Algunas personas durante el sueño sufren obstrucciones en los conductos respiratorios y llegan a padecer asfixias. Una apnea es una oclusión completa del paso del aire de al menos diez segundos. La Sociedad Española de Neumología y cirugía torácica (SEPAR) calcula que el 50% de los hombres y el 25 % de las mujeres ronca más de 5 días a la semana. "Tendremos alrededor de dos millones de personas sin diagnosticar. Esto convierte a la apnea del sueño en un problema de salud pública", admite Gonzalo Pin, coordinador de la unidad del sueño del hospital Quirón de Valencia.
La sufre el que no duerme y el que intenta descansar a su lado. "Son situaciones en las que una persona durante el sueño pierde su capacidad de respirar", explica Gonzalo Pin, coordinador de la unidad del sueño del hospital Quirón de Valencia. Esta situación provoca dos consecuencias: Llega menos oxígeno al cerebro, y éste se despierta muchas veces por la noche para evitar que nos ahoguemos, por eso, al día siguiente, más de uno está agotado.
En torno al 30 % de la población española padece trastorno del sueño en algún momento de su vida, y hasta un 4 % de forma crónica, según datos de la Sociedad Española de Neurología. Hay varios factores que influyen en la apnea del sueño: Anatómico (la forma de nuestra garganta); neurológico (los músculos que hacen que nuestra garganta se mantenga abierta) y el estilo de vida. Para el doctor Pin, este último es uno de los más importantes, porque "en la mayoría de los casos la apnea está íntimamente relacionada con el aumento de peso, la obesidad y con una vida más sedentaria. Nos movemos menos, practicamos menos actividad física y nuestros músculos también tienen menos fuerza". Tal y como señalan desde la Universidad de Navarra en su artículo El síndrome de apneas obstructivas del sueño (SAOS) en la obesidad: un conspirador en la sombra, la obesidad constituye un elemento de riesgo de desarrollo de esta patología multiplicando por diez la probabilidad de su aparición.
"La prevalencia del la apnea en España se sitúa entre el 4-6% en hombres y del 2 al 4% en mujeres. Se calcula que en nuestro país se diagnostican entre un 5-9% de los pacientes. Tendremos alrededor de dos millones de personas sin diagnosticar. Esto convierte a la apnea del sueño en un problema de salud pública cuya solución pasa por conocer los síntomas y siento decirles que roncar no es lo más saludable del mundo", comenta Pin.
La solución pasa por conocer los síntomas:
Roncar puede ser el principio y no es lo más saludable del mundo. "Significa que tenemos que hacer un poquito de fuerza para meter el aire. Si además del ronquido, notamos que estamos cansados, que nos cuesta concentrarnos, debemos ir al médico de cabecera para que, probablemente, nos derive a una unidad del sueño", admite el experto. Aquí se hace un estudio del descanso del paciente, durante una noche se registra cuantas veces le ocurre la apnea, en qué momentos y de esa forma se gradúa la intensidad del tratamiento en el que se valoran las causas de la patología. "Puede tener origen anatómico o funcional (tenemos tratamientos intramandibulares, a base de la ortodoncia, que dilatan un poco el maxilar para dormir mejor por la noche). También hay opciones quirúrgicas o el CPAP, un dispositivo que por la noche inyecta a presión el aire para evitar que la vía aérea se nos cierre", subrayan desde la Quirón.
Pero además de esto, existen otros tratamientos para acabar con esta patología que pasan por "controlar el peso. Estamos ante un camino en dos direcciones: cuanto más peso, peor duermo; cuanto peor duermo, más probabilidades de engordar. Otro de las cosas que deberíamos hacer sería incrementar la actividad física y dejar el tabaco", recomienda Pin.
"Lo importante es pensar que el sueño forma parte del ciclo de 24 horas", añade. Si dormimos bien, nuestro día será mejor, haremos más actividad física, rendiremos más y viceversa.
CONSEJOS PARA UN MEJOR DESCANSO
-Dormir entre seis horas y media y nueve horas... "No todo el mundo debería dormir ocho horas. Uno debería conocerse y descansar lo que necesite. Hay personas que son búhos (tendencia a dormirse tarde y despertarse tarde) y alondras (aquellos que se acuestan y levantan pronto)", admite Gonzalo Pin.
-Establecer una rutina de sueño. Acostarnos, más o menos, a la misma hora sin ser esclavos del sueño.
- Desactivarnos antes de acostarnos. Hacer un corte, un momento de paz, frente a la actividad diaria.
- Alejar la cena de la hora de irse a la cama.
- Evitar cenas copiosas
- Inundarnos de luz por las mañanas
- Evitar las actividades con pantallas a última hora del día
- Hacer ejercicio físico adecuado, sobre todo por las mañanas y evitarlo a última hora de la tarde.
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"Ser Saludable" (07/11/13): La apnea del sueño




