Condenan a una clínica por causar quemaduras en una depilación
El caso ha sido tramitado por la asociación Defensor del Paciente, que ha destacado hoy en un comunicado que la sentencia estima por completo la demanda presentada y reconoce que debió existir un mayor control médico en el tratamiento
Una clínica de cirugía estética ha sido condenada por el Juzgado de Primera Instancia número 12 de Málaga a pagar más de 32.000 euros a una mujer por los daños y quemaduras ocasionados por un tratamiento de depilación mediante el sistema de luz pulsada intensa (IPL) al que se sometió entre 2006 y 2008.
En la sentencia, facilitada a Efe, se considera acreditado que la clínica incurrió en negligencia en la aplicación del tratamiento contratado y la condena a incluir en la indemnización el coste del tratamiento (3.568,82 euros) y los gastos farmacéuticos por medicamentos y cremas prescritos para las quemaduras (78,24 euros).
La mujer acudió en abril de 2006 -cuando tenía 30 años- a la clínica para someterse a un tratamiento para eliminar el vello corporal, del que recibió la última sesión en enero de 2008.
Al término de la fotodepilación, presentó quemaduras de primer y segundo grado en cara anterior y posterior de las piernas y zona abdominal que tardaron casi un año en curar.
En la resolución se indica que la aparición de las quemaduras coincidió con el aumento de intensidad en el tratamiento, "sin que el argumento de un cambio en la propia evolución del vello o de la piel de la paciente pueda justificar el hecho".
En el documento de consentimiento informado de la clínica se citaban como riesgos la "remota posibilidad de cicatrices y cambios de coloración permanentes, así como de efectos de corta duración como enrojecimiento, quemaduras leves, hematomas temporales y decoloración transitoria de la piel".
Ello "dista mucho del resultado dañoso realmente acontecido", recoge la sentencia, pues la paciente sufría al acabar el tratamiento "lesiones evolucionadas de quemaduras rectangulares" que afectaban a numerosas zonas de las piernas, dorso de los pies y abdomen.
La presidenta del Defensor del Paciente, Carmen Flores, ha advertido de que solo un dermatólogo puede asumir estos tratamientos, que no son aconsejables en pieles morenas ni deben realizarse en lugares que no sean clínicas autorizadas con material y personal adecuados para este fin.