"Los recortes en la limpieza del Hospital Ramón y Cajal son inasumibles"

El pasado 1 de octubre la empresa CLECE se hizo con el servicio de limpieza de la mitad de los hospitales madrileños, entre ellos, el hospital Ramón y Cajal. A su llegada se deshizo de 44 trabajadoras, a través de bajas incentivadas, y tiene intención de desvincularse de otras 60. La trabajadoras denuncian que con esos recortes se están viendo obligadas a sufrir una sobrecarga de trabajo inasumible.

El seguimiento en este primer día de paro ha sido amplísimo porque el 100% de la plantilla ha secundado esta huelga, según los trabajadores (No hay datos de la administración, ni de la empresa).

Al menos visiblemente, en la parte estética, el paro sí está afectando al funcionamiento del hospital Ramón y Cajal. La entrada principal está llena de papeles, las paredes del hall están completamente empapeladas con pancartas con lemas apelando a la resistencia.

Las limpiadoras están en lucha porque desde que su futuro laboral depende de una empresa privada, CLECE, su presente es "muchísimo peor". Trabajan mucho más, porque son bastantes menos.

"La empresa nada más entrar nos comunicó que hay un excedente de plantilla del 45%, ya se deshizo de 44 trabajadoras y aspira a hacer lo mismo con otras 60", y ese es el detonante de esta huelga, como nos explica María Ángeles Moral, una de las limpiadoras en huelga, acompañada por Mercerdes Mauri, Presidenta del Comité de Empresa.

"Sobrecarga inasumible"

Esa hoja de ruta de los recortes de plantilla ya se está notando. "En las zonas de alto riesgo del hospital, es decir, quirófanos y UVIS, donde había tres limpiadoras, ahora hay una. En las urgencias han pasado de siete a cuatro. Y si ahora de media, cada empleada limpiaba 12 habitaciones al día, ahora serán 20", según los datos ofrecidos por el Comité de Huelga, datos que no ha desmentido la dirección del hospital.

La Cadena SER ha hablado con el gerente del hospital Ramón y Cajal, Javier Maldonado que cuestiona los motivos de esta huelga "no ha habido ni despidos, ni recortes salariales, tan sólo una serie de bajas incentivadas".

Unos recortes definidos por la gerencia como "cambios lógicos con la llegada de una nueva empresa". La dirección de este hospital defiende además, que estos "cambios organizativos", ni afectaron, ni están afectando al hospital. "Lo que más nos preocupa es la seguridad de los pacientes, y les aseguro que las zonas críticas están limpias. El nivel de limpieza es el estándar alto que exigimos en un hospital", remarca el gerente, Javier Maldonado.

En la Consejería de Sanidad se toman muy en serio este conflicto, la prueba es que dos directores generales del departamento de Javier Fernández-Lasquetty se han desplazado in situ al propio hospital Ramón y Cajal para hacer un seguimiento de este primer día de paro. También se ha podido ver un sequito de la empresa CLECE, que ha movilizado a una veintena de empleados para inspeccionar el seguimiento de este primer día de paro.

La empresa no ha querido hacer declaraciones.