El Ocho y Medio

VALENCIA

El restaurante Ocho y Medio es uno de esos pequeños templos del buen comer que uno tiene que tener en cuenta cuando está por el centro de la ciudad, o es viajero que descubre la capital y quiere pasar unas horas agradables, disfrutando de la cocina y de una de las zonas más bonitas de Valencia

Platos de autor, cocina creativa, con tendencia francesa, de hecho se especializa en foie y chocolate. Llama la atención la decoración original del local, a cargo del autor de cómic Daniel Torres. Colores vivos y atrevidos en las paredes, en las que destacan los amarillos, naranjas y azules. Pero sobre esto es su ubicación, en la coqueta plaza Lope de Vega, la que hace muy tentador este restaurante, con todo el sabor del centro histórico de Valencia: junto a la Iglesia de Santa Catalina, la Catedral, o la Plaza Redonda. Tiene además una agradable terraza para comer o tomar el aperitivo aunque su jefe de cocina, Sven, de origen alemán, nos propuso disfrutar de su interior, y nos tentó con tres platos.

Para empezar, como entrante, probamos en Ser Viajeros, "radiofónicamente hablando" un carpaccio de pulpo, que prepara con citronella, rúcula y pesto, y con unas avellanas tostadas por encima, todo acompañado de tomate cherry, y reducción de balsámico.

El plato principal, típico francés, "carrillera a baja temperatura", que se presenta con un puré de patatas a la salvia, y crujiente de verduras. Y de postre, en El Ocho y Medio, uno nunca sabe por cual decidirse, porque según Sven "todos los postres son caseros y están hechos con mucho cariño". Al final optamos por un semifrío de Grand Marnier, que es un licor de naranja francés, acompañado de chocolate caliente. "Ni es helado ni es mousse". Ese es su secreto.