La Real dijo adiós a la Champions dándolo todo ante el Schalke

El conjunto donostiarra dió la cara ante el Schalke 04 alemán, pero la expulsión de Ugarte, la actuación arbitral y las lesiones, fueron muchos obstaculos para evitar caer ante 8.000 fieles aficionados

Bonita la tarde noche que vivimos en Anoeta en el partido de octavos de final de la Youth League (la Champions juvenil) entre los equipos de la Real- Sociedad y el Schalke 04 alemán.

Lástima que al final del partido el resultado fuera favorable a los visitantes (1-2) que apeaba a los potrillos blanquiazules de un torneo donde han brillado hasta el último minuto.

La primera mitad resultó muy igualada y al descanso se llegó sin movimiento en el marcador.

Todo iba a cambiar en la segunda, más en concreto en el minuto cinco, cuando el árbitro, Jari Jarvinen (Finlandia) expulsó de forma muy rigurosa a Ugarte, un trastorno para una Real que no se vino abajo, tanto es así que se adelantó en el marcador en el minuto 54, con un golazo de Marco Sangalli, con un derechazo desde fuera del área que se coló en la portería del meta Wellehreuther para establecer el (1-0) que daba esperanzas a los de Jon Mikel Arrieta y a los que se dieron cita en el estadio realistas, 8.000 aficionados.

Claro que loa alemanes tenían que reaccionar sino querían ser apeados de la competición. Lo hicieron, y entre el cansancio, traducido en lesiones y tirones, sin duda por la responsabilidad y la acumulación de tapar espacios, mermaron a los realistas, algo que aprovecharon los alemanes para batir por dos veces la meta de Bardají, minuto 64 ( Muller) y 74 ( Multhaup), para llevarse el partido y con ello dejar fuera a los txuri urdin.

Sin duda, este torneo ha servido para ver que la cantera de la Real sigue en buena proyección y para que los futuros jugadores del primer equipo sigan cogiendo experiencia que les vendrá bien para su futuro y el del club centenario de la Real Sociedad.

Los jugadores acabaron recibiendo la merecida ovación de los 8.000 fieles que acudieron para animar a los suyos, que pese a la derrota, no defraudaron a los que se dieron cita en el estadio donostiarra.