En HxH Locos por Valencia hablamos con el valenciano preseleccionado para ir a Marte

Un astrofísico valenciano de 41 años es uno de los 1.058 preseleccionados en todo el mundo para crear la primera colonia humana en Marte en 2023, un viaje al planeta rojo sin billete de vuelta que para José Vicente Díaz Martínez "es un sueño".

José Vicente Díaz ha afirmado que desde que se enteró del proyecto de la fundación holandesa 'Mars one' decidió "intentarlo porque es algo histórico", aunque reconoce que desde entonces le han dicho que está "loco" por querer hacer un viaje sin retorno a la tierra.

Licenciado en Física por la Universitat de València, máster en Astrofísica y Astronomía, José Vicente no tiene pareja ni hijos y vive en Bugarra, una localidad valenciana de 800 habitantes, con sus padres, para quienes esta aventura es "ciencia ficción".

Si finalmente es seleccionado, afirma que lo que más echará de menos es "el sol de Valencia, la playa y el cielo azul, porque allí es rojo, anaranjado", pero insiste en que esto "es un sueño, especialmente para gente que le gusta la astronomía".

Tras tener la primera noticia del proyecto en junio del pasado año, envió un test y un vídeo para optar a ser uno de los candidatos. "Decidí intentarlo porque me gusta la astronomía, solo pensar en hacer un viaje interplanetario y pisar Marte es algo histórico", subraya.

Tras pasar esta primera preselección en agosto hubo una segunda y en diciembre del 2013 le comunicaron que de cerca de 200.000 personas que se habían presentado habían seleccionado a 1.058 en todo el mundo, de los que 39 son españoles.

El próximo paso será entregar antes del sábado una revisión médica para confirmar el estado físico en el que se encuentran los preseleccionados y, aquellos que pasen esta nueva criba, tendrán una entrevista "cara a cara" en abril.

José Vicente ha explicado que se necesita un viaje de siete meses de duración, en una nave con cuatro personas, para llegar a Marte, aunque hasta poder llegar a ese día los seleccionados serán preparados durante siete años como astronautas y durante 3 meses estarán aislados en algún lugar de la Antártida o el desierto.

El proyecto prevé enviar en el año 2018 un satélite de comunicaciones y en 2020 un robot que irá montando las viviendas, de unos 50 metros cuadrados, donde vivirán las personas que finalmente vayan a formar parte de la colonia humana.

Las viviendas contarán con placas solares para que poder alimentarse de la radiación solar y se construirán invernaderos para poder cultivar su propia alimentación.

"Soy consciente de que es un viaje sin retorno, y es algo que nos recuerdan cada vez que nos envían alguna comunicación. Nos dicen: que sepas que sigues en el proceso, pero que es un viaje para no volver", finaliza el astrofísico.