'Colocarse' bajo control

Son asociaciones sin ánimo de lucro que compran y distribuyen el cannabis para el autoconsumo entre las personas, mayores de edad, que sean socias. La normativa que ha propuesto Bildu fija distancias mínimas de 500 metros entre los clubes para evitar efectos negativos o molestias al vecindario, y de 300 con centros escolares y de salud para evitar la promoción al consumo entre menores de edad o en personas con enfermedad mental.

La base de la ordenanza parte de la premisa que Jon Albizu, concejal de Bildu, ha expuesto esta mañana: "el problema no reside en el tipo de sustancia, sino en el uso que se haga de ella". Por ello entiende que el papel del ayuntamiento con esta regulación es el de trabajar en prevención y en reducir riesgos. La normativa apunta que las asociaciones han de prevenir "tanto la difusión indiscriminada de la droga, como el fomento de consumos que puedan considerarse ilegales". Es decir, que los clubes no podrán comercializar el cannabis libremente.

El texto de la normativa indica que se quiere garantizar que la apertura de este tipo de establecimientos se lleva a cabo por asociaciones de usuarios debidamente inscritas en los registros y, por lo tanto, con reglas de funcionamiento claras y conocidas. Intentan así evitar lo que se denominan "asociaciones pantalla" que se caracterizan por presentarse como asociaciones de personas consumidoras pero que en la práctica se dedican a la venta de la droga.