Segunda jornada de ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados
La segunda parte de la ofrenda arranca a las 15.30 horas. Cerrará el desfile la Fallera Mayor de este año, Carmen Sancho.
Más de 100.000 falleros y falleras participarán, entre ayer y hoy, en la ofrenda a la Virgen de los Desamparados, patrona de los valencianos, con motivo de las Fallas de 2014. De este modo, expresarán su devoción a la 'Mare de Déu', ante la que depositarán más de 60.000 ramos de flores.
Con estos ramos se irá conformando el diseño de Marisol Burgos que este año vestirá la imagen de la patrona que cada ejercicio se instala en la Plaza de la Virgen para la ofrenda. Se trata de una composición titulada 'El Arbol de la Vida', en la que unas flores rojas, sobre fondo blanco, dibujarán un boceto curvilíneo en el centro del manto. Unos 50 vestidores serán los encargados de ir colocando las flores para crear esta composición.
75 AÑOS DE LA JCF
La ofrenda, como el resto de actos falleros de 2014, coincide con la celebración del 75 aniversario de la Junta Central Fallera. Con motivo de esta conmemoración, la entidad ha invitado a participar en la ofrenda a las mujeres que durante esos años han sido falleras mayores y falleras mayores infantiles de la ciudad de Valencia, y a sus respectivas cortes de honor.
Ayer desfilaron ante la Virgen de los Desamparados las que ocuparon el cargo de fallera mayor infantil en esos 75 años y hoy, lo harán las que fueron mayores, ha precisado la JCF. Además, este organismo ha invitado también a participar en la ofrenda a los representantes de las juntas locales falleras de la provincia.
La Ofrenda a la Virgen de los Desamparados se inició hacia 1942, desde un modesto taller de carpintería de la barriada de Russafa que realizaba la construcción de unos travesaños de madera para que sirvieran de apoyo a los primeros ramos de flor que se le ofrecían a la Virgen.
Posteriormente, en la fachada de la Real Basílica y para los días de la ofrenda, se instalaba un cuadro de azulejos con la imagen de la patrona, y alrededor de él se colocaban los ramos de flor en el enrejado de madera preparado al efecto por la familia Llorca, iniciadora de la tradición. Dicho cuadro de azulejos se puede contemplar hoy en día en la fachada de la Basílica recayente a la calle de La Leña.