Hiperactividad infantil: claves
Es un transtorno que sufren muchos niños, entre un cinco y diez por ciento. Nuestro psicólogo, José Carrascosa, director de sabercompetir.com, elabora las pautas para ayudar a los padres a comprenderlo y afrontarlo


"Mi hijo va como una moto. No para". Con estas palabras una madre, me describía a su pequeño. "No sabe estar quieto. En medio del cine, a mitad de la película, se levanta y se va, tengo que darle de comer caminando, se le olvidan las tareas del colegio... Creo que es hiperactivo", admitía. La hiperactividad es un transtorno que sufren muchos niños, entre un cinco y diez por ciento de la población infantil, y lo padecen tres veces más los niños que las niñas.
El TDAH, trastorno por déficit de atención, es muy fácilmente detectable. El déficit de atención puede ser con o sin hiperactividad pero, "los hiperactivos tienen sobretodo déficit de atención. Los síntomas que presentan son: atención dispersa, les cuesta concentrarse, son muy movidos a nivel motor, no dejan ver la tele, continuamente cambian de juguetes... Se les olvida anotar en la agenda los deberes para el día siguiente. Son muy despistados y muy movidos", señala José Carrascosa, psicólogo y director de sabercompetir.com.
Muchos padres pensarán... "Mi hijo es así", según nuestro experto: "Deberían consultarlo con su orientador del centro escolar y si coincide con la sospecha de que el niño puede ser hiperactivo, deberían acudir al pediatra. Él será el encargado de enviarle al especialista, al neuropediatra, él será el encargarlo de diagnosticarlo y tratarlo".
Pero... ¿Qué hay detrás de la hiperactividad? ¿Qué hace que estos niños no paren quietos? "Hay dos tipos de causas: La primera tiene que ver con factores genéticos - alguno de los padres posiblemente haya sido hiperactivo o lo sea- ; la otra se relaciona con el embarazo y la posibilidad de haber consumido sustancias activadoras. La nicotina podría ayudar a generar este tipo de trastorno, también otras sustancias más nocivas contribuirían a su aparición", aclara.
Content not defined
Desfase escolar, retraso en el aprendizaje y problemas de comportamiento (los niños asumen el rol de "niño malo") son los riesgos que conlleva la hiperactividad. Si se quiere acabar con esto, el tratamiento es doble y consiste en: "Por un lado, el neuropediatra receta una medicación muy específica. Es fundamental porque ayuda al niño a centrarse en su atención. Además de esto, debe haber un apoyo psicológico en dos direcciones: ayudar al niño a focalizar la atención, el aprendizaje del autocontrol. Por otro lado, hay que ayudar a los padres a tratar con sus hijos. Trabajando bien, la evolución es muy positiva", admite
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
SER SALUDABLE 10-04-2014




