Denis Itxaso achaca al PaP el aumento del gasto

El presidente de San Marcos ha acusado a los municipios que aplican el puerta a puerta de multiplicar los costes de recogida con empresas creadas "ad hoc" para poder realizar estas funciones. Como ejemplo ha puesto el caso de Hernani que, según Itxaso, ha aumentado por tres sus costes de recogida pasando de 500.000 euros en 2009 a más de 1.500.000 el pasado año 2013. Además, ha asegurado que en el caso de Pasaia prácticamente se va a duplicar el gasto. Cree Denis Itxaso que la recogida de residuos no puede plantearse como un servicio ciudadano a la carta y apuesta por abordar la gestión de manera solidaria y conjunta. "Lo que algunos tendrán que explicar a sus vecinos es como se justifica un sistema de gestión de residuos que multiplica los costes" ha concluido

El presidente de la mancomunidad de San Markos Denis Itxaso ha defendido el presupuesto aprobado por su asamblea el pasado mes de noviembre y rechaza los argumentos de los municipios defensores del puerta a puerta que esta semana han anunciado su intención de recurrir ante la justicia las cuentas anuales de este organismo aprobadas por los representantes del PSE, PNV y PP. El recurso lo han presentado los consistorios de Astigarraga, Usurbil Hernani, Pasaia y Lezo ante la sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, por entender que no les corresponde participar en el pago de la recogida selectiva a través de los contenedores.

El presidente de la mancomunidad, Denis Itxaso, se ha mostrado dispuesto a defender de manera contundente y en los tribunales, si fuera necesario, los presupuestos aprobados. Recuerda que el proyecto de presupuestos fue aprobado por mayoría absoluta, con el apoyo de los representantes de San Sebastián, Errenteria, Lasarte y Urnieta. En la misma sesión, según ha explicado Itxaso, la asamblea rechazó las enmiendas presentadas por Usurbil y Oiartzun para que las aportaciones de los ayuntamientos se fijasen por los servicios prestados, algo que en la práctica supondría desmembrar la mancomunidad, y fijó las contribuciones en función del número de habitantes de cada municipio, tal y como establecen los estatutos. Esta decisión fue conocida y aceptada por los recurrentes, que incorporaron las contribuciones a la mancomunidad en sus respectivos presupuestos municipales.