Toneladas de arena en las cañerías por los temporales

La infraestructura de saneamiento de San Sebastián no se ha visto dañada por efecto de los últimos temporales, sin embargo, desde el servicio de alcantarillado reconocen que la gran cantidad de arena y residuos que han traído las grandes olas han llegado a limitar la capacidad hidráulica de las conducciones subterráneas. "Ha habido días que los camiones han recogido hasta 8 toneladas de arena" asegura José María Alberich, jefe del servicio de alcantarillado en San Sebastián

Los efectos que en la capital guipuzcoana habían dejado temporales anteriores llevaron a los equipos que gestionan el saneamiento a realizar una labor de prevención. Antes de los meses duros de invierno hubo un trabajo de limpieza e inspección de las distintas cañerías que recorren el subsuelo de la ciudad para dejar todos esos conductos con sus capacidades hidráulicas al máximo nivel, y que de esta forma, pudieran ser capaces de acoger toda la cantidad de agua que llegara de las mareas. Se quería así eliminar cualquier tipo de sedimento que obstruyera o dificultara la salida del agua. Por otra parte, la UTE que gestiona el saneamiento en la ciudad se encargó de controlar aquellos elementos destinados a la recogida de aguas: sumideros, arquetas y rejillas. Como medida especial, en las calles próximas al Paseo Nuevo y Salamanca, se colocaron unas rejillas de captación en todo lo ancho de la calle reconducir el agua y devolverla al rio a través de colectores.

Sin embargo, el efecto de los temporales fue de tal envergadura que sobrepasó cualquier dispositivo de prevención que habían desplegado los distintos servicios municipales. De hecho, tal fue el volumen de agua arrastrada por los oleajes que esas rejillas especiales no fueron capaces de tragar esa cantidad a pesar de que tenían unas dimensiones de espacio nada comunes (1,5 m de profundidad, 1 m. de ancho y 8 m. de longitud). No podíamos construir una infraestructura de mayor tamaño porque llegábamos a tocar otro tipo de servicios subterráneos, explica José María Alberich. Tal fue la fuerza del agua del mar que logró levantar rejillas de unos 200 kilos de peso, "el agua se los llevaba volando", dice el jefe de alcantarillado, que afirma que de poco sirvieron los sacos terreros colocados para reconducir las riadas.

El proceso de limpieza de las cañerías y colectores ha llegado a su final en el mes de abril. Gracias a que la UTE que se encarga del mantenimiento dispone de los mejores equipos y una buena metodología de trabajo se ha reducido de forma considerable el tiempo necesario para realizar este trabajo. En el primer mes se pudo retirar la arena y residuos de los puntos más afectados: 31 de agosto, San Vicente, Aldamar, Soraluze y Euskal Herria. Los trabajos de retirada de todo lo acumulado se han llevado a cabo también en los colectores del barrio de Gros ubicados en las calles Peña y Goñi, Ramón y Cajal, Miguel Imaz y avenida Zurriola. "Para que te hagas una idea, han estado trabajando uno o dos camiones por jornada y había días que se llevaban 8 toneladas de arena" recuerda Alberich que aclara que la cantidad de residuos que puede llevar consigo una ola es mucho más de lo que nos podemos imaginar o de lo que nuestros ojos son capaces de ver.