ELA advierte al Gobierno de que no va a renunciar a la confrontación
El sindicato mayoritario en Euskadi tiende la mano al resto de centrales pero, advierte, "nuestros objetivos como clase trabajadora no admiten ningún tipo de subordinación"
En un mitin previo a la manifestación que ha recorrido la Gran Vía, unos metros por detrás de la marcha convocada por los líderes confederales de Comisiones Obreras y UGT, el secretario general de ELA, Txiki Muñoz, ha reinvindicado la organización como la "única vía que os queda, si no queremos convertirnos en irrelevantes".
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ELA ha querido trasladar a los miles de afiliados y simpatizantes que han secundado la manifestación del Primero de Mayo la importancia de la labor sindical, "no tenemos más fuerza que la organización", ha advertido Muñoz. Ha invitado a estar "orgullosos" de formar parte de un sindicato que es "un obstáculo organizado contra la deshumanización del trabajo y los espacios sociales". A renglón seguido, sin embargo, ha admitido que el "handicap" entre centrales son las "débiles alianzas" que, a su pesar, seguirán siéndolo "porque nadie más que nosotros la necesita". ELA será "celoso con su autonomía política" es una condición innegociable que les lleva a rechazar acercarse -sin mencionar ninguna sigla- "a quienes refuerzan posiciones políticas que relativizan lo social, entrando en un trueque en el que lo nuestro no entra nunca". En esa misma línea ha negado el diálogo social al ejecutivo de Urkullu porque sentarse supondría aceptar su papel "irrelevante" y no es más que "una jaula para el movimiento sindical", y ha vuelto a mirar a CC.OO y UGT, "Rajoy sabe que CC.OO y UGT están atados de pies y manos a la financiación pública, nos preguntamos si Urkullu, a sabiendas de esa realidad, busca aquí su apoyo".
Ha anunciado una campaña contra la privatización de Kutxabank, "van organizar la oposición social" informando sobre el proceso que supone "un golpe de estado contra las necesidades de la economía real vasca". Ha emplazado a todos los partidos con representación a explicar "qué nivel de endeudamiento tienen las organizaciones para dar cobertura a lo que no es bueno para el tejido industrial de nuestro país". Sobre la actualidad política, ha rechazado la ponencia parlamentaria abierta para debatir sobre el autogobierno "a sabiendas del resultado de la misma", y ha abogado, en un guiño a Cataluña, por "una negativa radical al estado porque, gestionada con inteligencia, podría convertirse en una oportunidad".




