Sociedad

Cofrentes celebra este sábado la séptima edición de la Maderada del río Cabriel

La Maderada de Cofrentes se acabó con el la llegada del ferrocarril

La Maderada se ha convertido en todo un acontecimiento en CofrentesCADENA SER

VALENCIA

Siete años hace que Cofrentes recuperó una antiquísima tradición: la Maderada, un recorrido de troncos y balsas por el río Cabriel, a imitación del que hace más de dos siglos se hacía para transportar madera y que acabó con la llegada del ferrocarril.

A las 9 de la mañana se concentran decenas de vecinos en la Plaza de España para marchar en romería hasta el Área Recreativa Cabriel, donde se almuerza y posteriormente, ataviados como los antiguos gancheros, echan troncos y balsas al agua para transportarlos en un recorrido simbólico por el río de unos quinientos metros

La Maderada recupera una tradición de los siglos XVIII y XIX en Cofrentes. La actividad fluvial cobró enorme importancia en esos siglos. Cada año, con la llegada del otoño y la crecida de los ríos se organizaba la conducción de partidas de troncos procedentes de la serranía de Cuenca que llevaban hasta Alzira y Cullera. Era la época anterior al ferrocarril y por supuesto al transporte por carretera. Así, una parte de la madera era transportada en toda España por los principales ríos. El Júcar y el Cabriel, que se unen en Cofrentes, eran dos de las rutas para abastecer a las importantes industrias madereras de Valencia.

El maderero o ganchero era el encargado de guiar los troncos durante un recorrido de varios meses. Desde las orillas, subidos en balsas o sobre los mismos troncos gobernaban el avance, algo que exigía una gran destreza. En esta profesión muchos vecinos de Cofrentes se labraron una gran reputación. El nombre de ganchero les venía porque su útil de trabajo era un largo palo de madera que acababa en un gancho metálico con el que manejaban los troncos.

Más que un oficio, ser ganchero era una tradición que se transmitía de padres a hijos. Los viajes de los madereros duraban meses. Tan largos eran, que con las cuadrillas de gancheros siempre viajaba un mudaero, encargado de recoger la ropa sucia de los madereros y llevarla de vuelta a Cofrentes, junto a regalos y artículos artesanales que elaboraban durante el camino para sus familiares. El mudaero volvía después al seno del grupo, con mensajes para los madereros, noticias de interés y, por supuesto, ropa limpia para continuar el viaje.

El transporte de madera se hizo de manera intensiva durante los siglos XVIII y XIX, convirtiéndose en fuente de actividad económica para Cofrentes, ya que cada viaje podía durar hasta cuatro meses. El año 1885 marcó el principio del fin para que la madera llegara a Cofrentes. La construcción de la línea férrea desde Valencia hasta Utiel propició que se habilitase a la altura de Contreras un desembarcadero para la madera, con carros se transportaba hasta Utiel y una vez allí en ferrocarril.

 
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