Espectáculo terrorífico en el Teatro de Madrid

El portavoz municipal del PSOE, Jaime Lissavetzky, ha denunciado este martes el "olvido" del Teatro de Madrid debido al "nulo" mantenimiento de la instalación por parte del Ayuntamiento y ha exigido su reapertura como Centro Cultural y posible sede del Centro Nacional de Danza. El Teatro, que el equipo de Botella quiere reabrir con ayuda de la iniciativa privada, ha sufrido varios actos de vandalismo.

Botes de pintura vertidos en el suelo, extintores vaciados, pintadas en las paredes, polvo, suciedad y abandono en el patio de butacas. Este es el único espectáculo que se puede ver hoy en el Teatro de Madrid.

Cerrado desde hace casi 3 años, el recinto busca una segunda oportunidad, en colaboración con la iniciativa privada. El Ayuntamiento quiere convocar un concurso público para adjudicar la concesión. La adjudicación de este espacio, en el Barrio de El Pilar, junto a La Vaguada, está prevista para después del verano aunque la situación de momento es de completo abandono.

El telón cayó el 30 de junio de 2011 y desde entonces el deterioro se ha ido adueñando del edificio sin que nadie haya podido evitarlo. Así lo ha podido comprobar hoy el portavoz del grupo socialista, Jaime Lissavetzky, durante una visita al recinto junto a Ana García D'Atri y Pedro Zerolo, concejales del PSOE.

El Teatro de Madrid fue inaugurado por Álvarez del Manzano en 1992 coincidiendo con el año en que Madrid fue Capital Europea de la Cultura. Su última función tuvo lugar el 30 de junio de 2011, que es cuando acabó la concesión a la empresa Artibus del productor José Manuel Garrido Guzmán.

El Teatro de Madrid, espacio de referencia en su día para la danza, agoniza hoy a la espera de que un empresario privado se anime a levantar el telón. Durante la visita, también ha estado el director general de Patrimonio del Ayuntamiento. Francisco García López ha explicado que el edificio tiene "problemas de limpieza debido a un par de actos vandálicos", aunque el inmueble no tiene deficiencias estructurales.

De momento, el espectáculo allí es terrorífico y desolador.