En busca de que la esclerosis múltiple sea reconocida como discapacidad

Una reclamación que ha llegado al Congreso de los Diputados en forma de Proposición no de ley, aprobada por todos los grupos, pero que por ahora no se ha convertido en una realidad

"Fue un domingo cuando empecé a sentir un hormigueo en la mano izquierda. Cuatro días después se me dormía el brazo entero, luego el pecho y las piernas", este es el primer contacto que tuvo Héctor con la esclerosis múltiple. Ese fin de semana del año 2011 le cambió la vida a este joven informático de 26 años, desde entonces su situación física se ha mermado.

En su caso la enfermedad evoluciona a brotes: "Ahora mismo las secuelas se centran en las piernas, las tengo muy débiles, me ayudo de un bastón para ir andando. El brazo izquierdo también está afectado y he perdido la visión en el ojo derecho".

La esclerosis múltiple no afecta siempre de la misma forma, en el caso de Francisco Javier le ha ido invalidando para realizar las labores más simples. "Vivo en un cuarto piso sin ascensor. No tengo acondicionada mi casa para mi actual situación. Subir las escaleras se convierte en una odisea, ducharse me cuesta muchísimo. Yo ando gracias a una muleta", explica Francisco Javier.

Héctor y Francisco Javier acudieron a un centro madrileño de valoracion para que les adjudicasen un grado de discapacidad. Ninguno de los casos ha obtenido una valoración mayor del 33%, porcentaje que garantiza la discapacidad. A ellos sus empresas no les han puesto ningún problema en sus jornadad laborales. Pero desde la Asociación nacional de Esclerosis múltiple reivindican que si se les reconoce esa certificación, pueden optar a un puesto por discapacidad.

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Una reclamación que ha llegado al Congreso de los Diputados en forma de Proposición no de ley, aprobada por todos los grupos, pero que por ahora no se ha convertido en una realidad.