Triste final para Laboral Kutxa (71-95)

Amarga despedida, no por esperada, sí por cómo se produjo para Laboral Kutxa. Tras el choque competitivo y serio en el Palau, quien más quien menos pensaba que el equipo de Scariolo sería más combativo ante su público, para forzar un tercer partido. Pero la única emoción fuerte que vivió el aficionado baskonista fue la larga ovación a Andrés Nocioni cuando se retiró al banquillo en los instantes finales del choque. Un aplauso sentido con sabor a despedida.

El argentino apareció en el quinteto inicial tras ser duda por un fuerte golpe en la cadera. Su presencia abrió cierta esperanza diluida muy pronto por un enorme jugador llamado Juan Carlos Navarro.

Al Baskonia le costó entrar en partido. El Barcelona tomó la iniciativa firme y con acierto con un 0-7 de inicio y Oleson de nuevo como gran amenaza. Heurtel sumó la primera canasta vitoriana en el minuto 3, para a partir del 2-7 dar algo más de luz a su equipo. San Emeterio y Nocioni, en acciones individuales sumaron y equilibraron el primer acto con el 19-21.

Aun con un juego espeso vitoriano, parecía que el partido podría tener historia. Pero llegó el momento de Navarro. Dosificado, castigado por las lesiones, algo más lento, pero Navarro en esencia. La exhibición en los siete minutos que disputó en el segundo cuarto fue suficiente para sentenciar el choque. 13 puntos, tres triples, contundente e imparable. El golpe fue tan seco que el Baskonia fue incapaz de reaccionar para ir al descanso con una desventaja de 12 puntos (37-49). En 20 minutos, solo cinco jugadores habían sumado puntos, los cinco titulares. Del resto, la segunda unidad, sin noticias. Ni Hamilton, ni Hanga, ni Renfroe aportaron gran cosa al deslabazado y triste juego de Laboral Kutxa.

El murmullo en el Buesa Arena, vaticinaba una noche negra, al contrario de las de antaño, en las que con un pabellón lleno, la presión hacia los rivales sumaba para remontar partidos y vivir veladas imborrables. Todo aquello es pasado.

A la fiesta de Navarro se unió Lampe. Inteligente Xavi Pascual en los cambios, buscó hacer daño en la pintura con el juego entre pívots y utilizando al polaco como jugador desestabilizador acompañado de un sólido Dorsey.

Ni Pleiss ni Hamilton supieron parar la superioridad de los pívots blaugranas. El tercer período con un parcial 12-20 hundió definitivamente a los vitorianos que sin acierto desde su mejor arma, el triple, con solo seis en todo el choque no encontraron recursos y solo buscaron en acciones individuales dignificar una derrota demasiado dura. El último período fue un paseo para los catalanes. La agonía de Laboral Kutxa fue larga.

Una despedida que refleja toda una temporada marcada por la irregularidad y también los problemas estructurales de una plantilla muy justa. Bien por lesiones, por la ida y venida de jugadores, bien por la deficiente aportación de los no titulares. El caso es que el Baskonia termina de nuevo esta temporada sin pasar de los cuartos de final.

El cierre de la temporada deja el sabor de varias despedidas. Empezando por la de Nocioni y siguiendo por la del propio Sergio Scariolo quien, a pesar del año más de contrato, tiene los días contados en Vitoria. El italiano fue despedido con pitos por los aficionados del Buesa Arena.