Una procesión con más colorido que de costumbre

Procesión del Corpus Christi en Sevilla que se ha celebrado con el esplendor de siempre y si cabe con más colorido que de costumbre ya que la Giralda ha lucido engalanada con motivo de la proclamación de Felipe VI como nuevo rey, colgando de sus cuatro caras banderas rojas y gualdas, la verdiblanca andaluza, la amarilla y blanca pontificia y la carmesí con el lema no&do de la ciudad.

Con ese panorama, la esquila de los niños carráncanos de la Sacramental del Sagrario anunciaba al filo de las ocho y media de la mañana el inicio de la procesión.

Comenzaba al mismo tiempo en la Catedral, el oficio religioso oficiado por el arzobispo Juan José Asenjo, quien en su homílía ha tenido palabras de aliento para el nuevo monarca. Mientras tanto, el largo cortejo con sus nueve pasos y más de tres mil cofrades participando en el mismo discurría por su itinerario habitual de la Avenida, Plaza de San Francisco, Sierpes, Cerrajería, Cuna, Plaza del Salvador y calle Francos, cubiertas todas ellas por la clásica alfrombra de juncia, romero y pétalos de rosa que dan ese olor tan característico a la jornada.

El monótono cortejo se rompía al filo de las diez y media con la salida del quinto paso, el del rey San Fernando, al que por fin acompañaron los sones de la marcha Corpus Christi interpretada por la banda municipal. Y media hora después, cerca de las once, era el momento en que la gran custodia de plata labrada en el siglo XVI por Juan de Arfe salía por la Puerta de San Miguel a los sones de la marcha real que tocaba en esta ocasión la banda del ejército de tierra.

Con honores militares, el desfile de la tropa, y el clásico repique de campanas de la Giralda, la custodia volvía al templo catedralicio por la Puerta de Los Palos poco después del mediodía.